lunes, 1 de diciembre de 2008

ENTREVISTA IMAGINARIA -Fragmentos




La poesía (...) es una de las tantas realidades de la vida. No creo que un poeta se halle más alto que otro hombre que verdaderamente exista, que sea alguien. También yo, a su debido tiempo, rne procuré un barniz de psicoanálisis, pero aun sin recurrir a esas luces pensé bien pronto, y aún lo pienso, que el arte es la forma de vida de quien verdaderamente no vive: una compensación o un sucedáneo. Ello, con todo, no justifica ninguna deliberada turris eburnea: un poeta no debe renunciar a la vida. Es la vida la que se encarga de escapársele.


(...) Ya por entonces sabía distinguir entre descripción y poesía, pero era consciente de que la poesía no puede moler en vacío y que no puede lograrse concentración si antes no ha habido expansión. Expansión, no despilfarro. Un poeta no debe malgastar su voz solfeando demasiado, no debe perder esas calidades de timbre que después no encontrará ya más. No es necesario escribir una serie de poesías cuando una sola agota una situación psicológica determinada, una ocasión. En ese sentido, es prodigiosa la enseñanza de Foscolo, un poeta irrepetible.
(...)
—No me interprete mal; no niego que un poeta pueda o deba ejercitarse en su oficio en cuanto tal. Pero los mejores ejercicios son los interiores, hechos de meditación y de lectura. Lecturas de todo género, no sólo de poesía: no es necesario que el poeta se pase el tiempo leyendo versos de otros, pero tampoco se concebiría su ignorancia de todo lo que se ha hecho, desde el punto de vista técnico, en su arte. El lenguaje de un poeta es un lenguaje historicizado, una correspondencia. Tiene valor en cuanto se opone o se diferencia de otros lenguajes. Naturalmente, el gran semillero de todo hallazgo poético se encuentra en el campo de la prosa. En cierta época, todo podía expresarse en versos y estos versos parecían, y a veces lo eran, poesía. Hoy se dicen en verso sólo determinadas cosas.

-No es fácil decirle cuáles. Desde hace muchos años la poesía se va tornando más un medio de conocimiento que de representación. A menudo se la solicita para un destino diferente y se quisiera volverla a ver en la plaza pública, pero aquellos que muerden el anzuelo y bajan al ágora pronto son silbados.
(...)


—No, no pienso en una poesía filosófica, que difunda ideas. ¿Quién piensa ya en eso? La necesidad de un poeta es la búsqueda de una verdad puntual, no de una verdad general. Una verdad del poeta-sujeto que no abjure de la del hombre-sujeto empírico. Que cante lo que une el hombre a los otros hombres pero que no niegue lo que lo desune y lo vuelve único e irrepetible.





... El porvenir está en las manos de la Providencia, Marforio: puedo continuar y puedo dejar de hacerlo mañana. No depende de mí; un artista es un hombre necesitado, no tiene libre elección. En este campo, más que en otro, existe un efectivo determinismo. He seguido la vía que mis tiempos me imponían; mañana otros seguirán caminos diversos; yo mismo puedo cambiar. He escrito siempre como un hombre común y no como un hombre de letras profesional. No poseo la autosuficiencia intelectual que algunos podrían atribuirme ni me siento investido de una misión importante. He tenido el sentido de la cultura de hoy, pero ni siquiera la sombra de la cultura que hubiera deseado y con la cual, probablemente, no hubiera escrito nunca un solo verso. Cuando di a la imprenta mis primeras poesías, me avergoncé mucho tiempo de ellas; ahora puedo mencionarlas casi con indiferencia. Quizás hubiera hecho mal en no escribirlas y no haberlas dado a conocer. He vivido mi tiempo con el mínimo de cobardía que fue consentido a mis débiles fuerzas, pero hay quien ha hecho más, mucho más, aunque no haya publicado libros.
(De La Rassegna d'Italia, Nº 1, Milán, enero de 1946)





"El tema de mi poesía (y creo que de toda posible-poesía) es la condición humana considerada en sí misma; no tal o cual acontecimiento histórico. Esto no-significa apartarse de lo que ocurre en el mundo; significa solo conciencia, y voluntad, de no sustituir lo esencial por lo transitorio. No he sido indiferente a lo que ha sucedido en los últimos treinta años, pero no puedo decir que si los hechos hubieran sido diferentes también mi poesía hubiera tenido un rostro totalmente distinto. Cada artista tiene un particular comportamiento frente a la vida y conlleva una cierta actitud formal para interpretarla según esquemas que le son propios. Los acontecimientos externos son siempre más o menos previstos por el artista, pero en el momento en que ellos ocurren cesan, de alguna manera, de ser interesantes. Entre estos acontecimientos que me atrevo a calificar como externos ha existido, de modo excluyente para un italiano de mi generación, el fascismo. Yo no he sido fascista y no he cantado al fascismo, pero tampoco he escrito poesías en las cuales aquella pseudo revolución fuera atacada. Ciertamente, hubiera sido imposible publicar poesías hostiles al régimen de entonces, pero el hecho es que no lo hubiera intentado tampoco si el riesgo hubiese sido mínimo o nulo. Sintiéndome desde mi nacimiento en total desarmonía con la realidad que me circundaba, la materia de mi inspiración no podía ser otra que esa desarmonía..."

(Confesiones de escritores. Entrevistas con sí mismos, Ediciones Radio Italiana, Torino, 1954)






"Puesto que la poesía —como la novela, aunque en escala reducida— se está convirtiendo en un producto industrial, es obvio que sufra las oscilaciones causadas por la demanda y la oferta del mercado. La poesía, pues, está en crisis del mismo modo que todo el resto: un producto, si no se renueva, aunque empeorando, pierde su clientela.
Si además deseamos considerar a la poesía como un hecho espiritual, entonces es evidente que toda gran poesía nace de una crisis individual de la que incluso el poeta puede no ser consciente. Pero más que de crisis (palabra ya sospechosa) hablaría de una insatisfacción, de un vacío interno que la expresión alcanzada colma provisionalmente. Sin embargo, éste es el terreno del cual nace toda gran obra de arte. Su pregunta está viciada por la hipótesis de que por poesía debe entenderse un particular género literario, lo que es también verdad, pero no en absoluto. Se puede imaginar una gran temporada poética que no produzca nada de lo que ordinariamente se entienda por poesía."





"En mi poesía puede existir una dialéctica musical prosa-poesía; o mejor, inicialmente la ha habido, luego ha prevalecido un tono más desasido del nivel de la prosa. Mañana... no sé. La poesía es un monstruo: es música hecha con palabras y hasta con ideas: nace como nace, de una entonación inicial que no se puede prever antes de que nazca el primer verso. A grandes rasgos: la poesía es menos previsible que la prosa; el prosista puede quizás imaginar desde la partida "qué cosa resultará" su prosa; el poeta, mucho menos...
..."Lo que me parece extraño (...) es la idea de que a cada sucederse de períodos deban aparecer necesariamente poetas nuevos, diversos, inéditos, inauditos. ¿No podrían existir períodos enteros de poetas y períodos de artistas (poetas) que no escriban versos? Se requieren años y años para crear nuevas posibilidades de estilo y de lenguaje. Y a menudo buscando «no» se encuentra. Encuentra el que puede, cuando el fruto está maduro. Después de Leopardi, durante todo el resto del siglo, fue casi imposible escribir versos; en los primeros años de este siglo fue todavía posible. Hoy, no sé: lo sabrán ustedes que son jóvenes."("Diálogo con Montale sobre la poesía", de Quaderni Milanesi, Nº 1, otoño de 1960, pp. 9-20)



"Los límites entre verso y prosa se han acercado mucho: hoy el verso es a menudo una ilusión óptica. En cierta medida siempre lo ha sido; una compaginación equivocada puede arruinar una poesía; «Los ríos», de Ungarettí, no es comprensible sin la destilación vertical de las sílabas. Gran parte de la poesía moderna puede ser escuchada sólo por quien la haya visto.
"El verso nace siempre de la prosa y tiende a retornar a ella (las frecuentes «caídas» de los podas). Es una cuestión de tono y de concentración expresiva. El arte de la palabra tiene muchas gradaciones de esfumaturas, muchas posibilidades musicales y no las agota todas en una sola época histórica. Algunas épocas se han mostrado más favorables al verso, otras a la prosa. Cuando prevalece la necesidad del discurso explicado (que puede ser verdadera poesía) se tiene la época de la prosa; cuando aparecen escritores llevados a una intensa concentración musical prevalece la poesía. Hablo de épocas que pueden ser brevísimas: y de épocas recientes. En otros tiempos era posible incluso un largo discurso racional en versos de estrictísima observancia métrica (por ejemplo La divina comedia) ; pero entonces casi no existía la prosa. Hoy el poema-summa, el poema-máquina no es más posible en verso y quizás ni siquiera en prosa. Ni los Cantos ni el Ulises pueden repetir el milagro de Dante." (Se refiere a Ezra Pound y Joyce, respectivamente. N. del T.)
(De Nuovi argomenti, Nº55-56, Roma, marzo-junio de 1962)

Eugenio Montale (Italia, Génova -1896-Milán-1981)


(Versión de Horacio Armani)

(Selección de M.Leites)


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