martes, 2 de junio de 2009

LA SALVAJE ESPERANZA



Eramos dioses y nos volvieron esclavos.

Eramos hijos del Sol y nos consolaron con medallas de lata.
Eramos poetas y nos pusieron a recitar oraciones pordioseras.
Eramos felices y nos civilizaron.
Quién refrescará la memoria de la tribu.
Quién revivirá nuestros dioses.
Que la salvaje esperanza sea siempre tuya,
querida alma inamansable.



Gonzalo Arango (Colombia -Andes, Antioquia, 1931 -Tocancipá, Cundinamarca, 1976)


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