domingo, 13 de abril de 2025

NO ESTÉS EN ESTA ISLA SIN LEVANTAR LA MANO

ES TU LENGUA


algunas cosas


algunas cosas las ha visto en sueños
esas a poco de tocar la luz
desaparecen
otras han venido bajo el sol
como damas con sombrilla
o risas que llegan entre los árboles
esas a poco de cerrar los ojos
desaparecen
los pensamientos que perduran
son como tierra de almácigo
como tierra que cae sobre un féretro
como tierra sobre la que se escribe un nombre
los pensamientos que son como cosas
semejan una identidad fuera de la materia
la gravedad en ellos
es una ciencia aún no escrita



creo en la intuición

creo en la intuición de las piedras
he participado de sus reuniones mudas
de sus canteras de fuego
de sus frías madrugadas fuera del tiempo
he sido una piedra pulida
reflejando el muro de un desierto
he sido el espejo de la piedra de tu anillo
he deseado tu mano
igual que a la gema de tus ojos
igual que a la gema de tu pelo
una piedra rompió el cristal de hielo
una piedra rompió la simetría del silencio



ESA OTRA CASA (2021)



supe
(dormido sobre
la mesa oscura)
contra el borde borrado de las cosas
fue verdad
la noche real
el sueño real
lo verdadero de lo verdadero
no abrí los ojos


AMO SU VOZ (2022)


Amo su voz. Sigilo de bronce, campana quebrada al amanecer. Silencio
de barro. Canyengue silencio.
Amo su balbuceo. Esa manera de frasear sobre la melodía hasta el
extremo. De dejar la palabra a medio decir, anteponer otra que bien
podría ser una espina o una estrella fugaz o una palabra nunca antes
dicha.
El brillo de sus ojos es otro capítulo. Dice entre el parpadeo y su vuelta
a la luz incandescente.
He visto su espalda y en ella un bosque de temblores.
He visto su voz dormir sobre la noche quieta.


El uso del nombre propio. Los límites de la privacidad. Lo arcano de
los cuerpos en la inclinación de la vara del sauce. Lo que puede el
canto de un pájaro en la luz del patio. Regar las plantas para ser lluvia.
La acción de bendecir con la manguera en la mano y la imaginación
arrastrada por el viento. La piel de lo inabarcable en la pureza de
un durazno. Demasiados elementos compositivos en el lienzo. Un
escenario de actores principales que se abrazan para salir juntos a la
luz principal.


ESAS LUCES (Inédito)


Esas luces
tocan el mundo
hay fiesta en la pantalla
por los meridianos llueve ceniza
apenas la yema de los dedos
muestra algún don
en el deseo y su roce 



En la arena del día
no hay sinónimo de tiempo
por eso vuela y canta
quisiéramos entender
la inquietud de la rama
las alas de colibrí
en la maleza
 

(Selección personal,
Lago Editora,Córdoba, 2024,
Envío del autor)


Hugo Luna (Concepción del Uruguay, Entre Ríos, Argentina, 1959)

Pueden LEER la biografía y más poemas en la página Autores de Concordia, aquí





viernes, 11 de abril de 2025

EL ASOMBRO DE LOS DÍAS (*)


I

Lo súbito:

el chajá alto y poderoso,

una mojarra entre los dedos,

una comparsa de loros y chicharras.

El verano.





XV

¿Quién dijo así está bien

así

no?

¿Quién sostiene un cuerpo atravesado 

por un vendaval una tormenta que deja 

todo roto y desordenado y lleno de agua?

¿Y si todavía hay más por seguir abriendo cuando el cuerpo 

pensaba que no le cabía 

más lastimadura

lo zurcido lo hilvanado lo suturado con la precisión justa 

sin amor

con la precisión necesaria para contener dentro del cuerpo lo 

que aún le es propio?

¿Quién sostiene al cuerpo sin cría una vez que esta pasa a

ser otro cuerpo

como si hubiera desovado y ahora 

encontrara la orfandad como única piel posible?

¿Quién dice esto sí pero esto 

no

en una ceremonia que consiste en no dejar a la mamífera 

lamerse la sangre 

comerse la placenta

amamantar a la cría con el cuero sin lavar 

así

de roto y satisfecho empapado

en la púrpura celebración de la carne?

¿Quién dice que el cuerpo es un animal de costumbre? 

¿Quién dice que el cuerpo no es

una patria de fronteras marcadas por el olfato y la gula 

y cuyo idioma

escribe en el aire los signos que no puede inventar la muerte 

ni la inmemoria 

y cuyo idioma

escribe en la tierra los signos más antiguos de la sangre 

que son

los de la ternura 

que son

los del amor como una fragua?




XXXV



Es de noche

y la tera se enciende en el montecito de enfrente

agarrada a los últimos fríos,

se enciende en un escándalo que durará días y días.

¿Llora?

¿Grita?

¿Llama?

¿Canta?

¿Cómo se dice cuando las teras buscan sus huevos 

en la tierra recién removida,

con ese gritollanto que eriza el sueño de cualquier nadie 

que de noche las sienta?

Es septiembre

y el resto del monte cala sus tardes con rompiente pezones

verdes

donde un pichón no nació

donde una tera y yo entendemos que la primavera a veces

es un cielo indolente 

de puro azul

crecido masticar de soledades.


( * Del libro homónimo,
Editorial de Entre Ríos,
2024)


Carla Olivera





Carla Olivera nació en Gualeguaychú, Entre Ríos, Argentina,  en 1985. Es poeta, gestora cultural y profesora de Lengua y Literatura. Sus obras han sido reconocidas en distintos certámenes literarios a nivel provincial, nacional e internacional, y sus textos forman parte de diversas antologías literarias, entre las que se destacan Poetas argentinas 1981-2000 (Ediciones Del Dock 2022), Liberoamericanas,80 poetas contemporáneas (ediciones Argentina, Uruguay- España, Portugal, Liberoamérica 2018). Publicó los libros Partición de voces (2006), Intemperie (2014-2021) y Cacerías (2021). Forma parte de la Editorial Palo Santo, de elaboración artesanal, destinada a publicar autores de la ciudad."El asombro de los días" obtuvo el premio Fray Mocho, el máximo galardón de la provincia de Entre Ríos, en poesía inédita, en 2022.


 

miércoles, 9 de abril de 2025

EL RECADO y otros escritos


Negrita

Adiós muñeca 
betún descascarado 
artefacto de un sueño 
niña acunada por la niña 
en la tarde 
en el sol de la tarde 
amor de porcelana 
casi ciega 
dormida

Hoy la ves 
en el polvo 
en el desván 
te mira
pulserita de strass
rota
desnuda

Tu infancia 
te mira 
te deja 
sola



Niño

Ahora es la tormenta 
la tierra bautizada

En las canaletas 
el rojo de la tarde 
el cálamo aún tibio 
la vencida hojarasca 
rescoldos encimados 
en el agua que ruge

El niño por gracia de la lluvia 
por esa luna oscura 
por la esquiva tibieza 
ha soltado su amarra

Ahí viene aquella ola 
que aguardaba su pecho 
la lanza de la proa 
erguida hacia el embate 
los nudos 
el velamen 
cada cosa en su sitio

Timonel de la noche 
ya ha vencido 
al salitre del mundo 
a esa boca de espuma 
que trajo la borrasca

Ahora es la tormenta 
la tierra bautizada 
el sueño 
la mañana



El recado

Porque nada pasa porque sí aunque parezca que la hoja se mueve por moverse nomás nada el chupe fue hecho para el boliche el boliche para los hombres y los cuartos del fondo para las putas y las putas para la perdición como el estribo para el caballo y yo me voy a ir o ya me fui porque la vida vivida fue hasta que la rutina de verlo volver se terminó después algo como un suspiro se fue escapando de adentro y ya el tiempo que ordenaba mi cabeza no coincidió más con el de las agujas y era como un pasar nomás sin pasar por más que Chavín seguía haciéndome los mandados y el Vasco me seguía trayendo la damajuana de aceite todos los meses pero yo sabía que esa sangre que me salía de la nariz era el odio que me comía y que cada día los zapatos me sobraban y mis tetas se parecían a dos uvas chinches pero era despertarme y mi cabeza dale que dale porque antes al amanecer lo tocaba sin despertarlo y eso era suficiente o a veces me bajaba y ahí era tibio y el mundo entero estaba ordenado como Dios manda y yo sabía desde los trece el olor de sus rincones tenía esa maldita memoria de los olores de cada olor de cada parte de su cuerpo y por eso por más que se lavaba antes de venir algo nuevo apareció como pegado a la piel una impregnación de puta que se interpuso ahí y me paralizó y esperé que se duerma y lo volví a oler y ahí estaba y no había dudas y ya no fui más yo ya no estaba cada lechón en su teta como decía Fierro lo que era mío esa roca ahora era un montón de piedras rotas y ya no lo tocaba más al alba porque no distinguía el alba de la noche mi cabeza era un chiquero un vaciadero de mierda y ese odio rojo que se me subía a los ojos cuando pensaba que esa carne antes tan mía tan únicamente mía era ahora el alimento de una sombra que crecía y ponía esa neblina hasta en los días más luminosos hasta en los días en que Chavín no estaba triste y los naipes mataban un poco el tiempo porque Chavín quién otro que vos hijo le ganaba la partida a la melancolía y hacía trampas a mi favor para ver alguna pequeña luz en la sombra de mis ojos hasta el día en que le propuse ese juego y a él también le cayó la sombra cuando me tocaron los dos comodines y supo definitivamente que no hay azar que nada pasa porque sí que el primer comodín me liberaba de la vida y que el segundo era su recado el recado que yo le había propuesto si perdía porque el hombre no puede desunir lo que Dios ha unido y Dios ese día supo mezclar las cartas y lograr que cada uno descanse donde debe descansar.


(del libro homónimo,
Ediciones Barnacle,
Envío de Alberto Cisnero)

Sergio Velazquez


Sergio Velazquez.Profesor de Fibsofía UBA. Docente y directivo de Escuelas inedias y Tercianas de CABA y Provincia de Buenos Aires. Dicta cursos y talleres de Fibsofía en formato virtual y presencial. Obtuvo el Primer Premio V Certamen Internacional de Poesía y Cuento Homenaje a Horacio Quiroga "Tintas de Amor de Laura y de Muerte" (2020), SADE Misiones. Actualmente reside en Villa Madero, Provincia de Buenos Aires.





 

martes, 8 de abril de 2025

JUST A GIGOLO



Sergio Pángaro es un músicoescritoractor argentino nacido en Comodoro RivadaviaChubut, el 21 de marzo de 1965. Su estilo tan particular hizo que se destacara en la cultura musical de La Plata y progresivamente su desempeño como artista "dandy", kitsch, retro-pop hizo que marcara a fuego la escena under porteña. (Google)
Hay más temas y poemas en entradas anteriores.


 

sábado, 5 de abril de 2025

OJALÁ QUE TE PISE UN TRANVÍA LLAMADO DESEO (*)


Es de mentira que la quiero

y es de mentira que ella cree

que yo

la quiero de verdad.


*


Suerte de principiante

me alcé con el pozo


Pozo al que caí

no como un

principiante.


*


Para la foto

mi embarazo

no es histérico.


*


Una exorbitancia:


la monogamia.


*


Mi desprecio por vos

siendo profundo

ni siquiera es


infinito.


*


El camino más corto

es el trillado por mis enemigos.


*


Hijo de la humillación

¿en qué te me has

reproducido?


*


Fumo

notas musicales


y toso

fragmentariamente

los últimos hits.


*


Mis iniciativas

¿te ofenden?


¿Qué toman de las tuyas?


Pero, sobre todo

¿qué desechan?


*


¿A qué edad comenzará a resultar indecoroso

-cuando no patético-

no ser todavía huérfano?


*


Hablo por lo que me toca

hablo por la mano que me toca

hablo porque me toca

hablo porque no me toca.


*


Se nota demasiado

que soy

con opio

un pan de Dios.


*


Yo lo tenía todo:

deudas, extrema soledad, odios


Fugitivo, rodeado de vagos

la vida me sonríe.


*


Algo en mí

incauta

esa aduana:


mi cólera.


*


¿Se tornará diamantina o dinamita

mi ecuanimidad cuando establezcas

brutalmente

tu demorada usurpación?


*


Ya no me duele

el dolor que mejor me dolía


Insisten

los peores.


*


Yo venía no existiendo hasta que vos

impusiste lo contrario


Jamás

cesaré

de reprochártelo.



Rolando Revagliatti

( * de su libro- Colaboración del autor 
para la Biblio.)


Rolando Revagliatti nació el 14 de abril de 1945 en Buenos Aires, ciudad en la que reside. Publicó en soporte papel un volumen que reúne su dramaturgia, dos con cuentos, relatos y microficciones y diecinueve poemarios. Todos sus libros cuentan con ediciones-e disponibles en http://www.revagliatti.com. En esta condición se hallan los seis tomos de su libro “Documentales. Entrevistas a escritores argentinos”, conformado por 159 entrevistas por él realizadas. Ha sido incluido en unas ochenta antologías de poesía, narrativa y dramaturgia de la Argentina, Brasil, Perú, México, Chile, Panamá, Estados Unidos, República Dominicana, Venezuela, España, Alemania, Austria, Italia y la India.


 

viernes, 4 de abril de 2025

PAISAJES


3.

un cielo nublado
bajo el cielo
pasto amarillento
en el medio
un círculo de piedras
dentro del círculo
tierra endurecida

sobre la tierra
una excavadora
el brazo inmóvil
la pala vacía



6.

una caja abierta
dentro de la caja
una cajita de música
sobre la cajita
una bailarina 
el torso fijo
los brazos en alto 

en los brazos
agujeros
atravesados por la luz



9. 

una mesa llena de polvo
en la mesa
un mate 
la bombilla oxidada

dentro del mate
yerba espesa y sólida
sobre la yerba
burbujas blancas



20.

una puerta
detrás de la puerta 
un piso de madera
en el piso
una cama cucheta
en la cama de abajo
un caleidoscopio

a través de la lente
múltiples vidrios de colores
en figura de flor
inalterada



24.

un cuarto
en el piso a la derecha
una lámpara
en la pared a la izquierda
un cuadro

en el cuadro
una bailarina 
el torso extendido
el brazo izquierdo elevado en curva
el brazo derecho
ausente



30.

una calle
en el asfalto
huellas de autos
en la vereda
casas bajas de ladrillos 

en las paredes blancas
palabras ilegibles
figuras geométricas
hashtags
en negro
diluido



Judith Filc (Buenos Aires, 1962)


Pueden LEER la biografía y más poemas en entradas anteriores. 


 

jueves, 3 de abril de 2025

EL COLOQUIO DE LAS PLANTAS

 


Diente de león


1.

El silencio es una voz que escucho 
desde adentro.

Es una hoja dentada que me clava su filo 
en la memoria.

Recuerdo el borde recto de la palabra 
que tengo en la punta 
de la lengua 
ahora.

Es el silencio de la hoja 
cuando crece.

Tuve un tallo fuerte 
pero también el viento es fuerte 
y arranca árboles 
y casas.

Me cuesta hablar.

Las palabras me crecen como yuyos 
al borde de la ruta.

Son pocos para un incendio 
pero me acompañan

en el camino 
que cambia de color 
según las horas.

Viajo callada.

Mando al fondo donde hay lugar 
al nuevo pasajero.

Me mando atrás.

El vidrio de la ventana 
se ahúma cerca 
de mi boca.

2

Los grillos cantan cerca 
pero no escucho 
cómo trizan el silencio 
con sus alas.

No escucho lo pequeño 
porque recuerdo una tormenta 
y la tormenta aparece.

Demasiada lluvia no es buena 
para algunas plantas.

El mal tiempo amaina 
y en tu mano sobrevive 
el diente de león 
para el soplido.

Voy a pedir un deseo, 
un deseo que tenga dos, 
así no me equivoco.

Tengo una hermosa flor, 
una presencia mágica 
que tiembla 
sin desarmarse 
entre mis dedos.

Voy a soplar su cuerpo 
frágil.

Voy a desarmarlo, 
voy a hacerlo 
volar.

Voy a desperdigar 
sus partes 
en el aire.

Aleteos de semillas
y blancos
para mi mirada.

Voy a pedir un deseo, 
voy a soplar un diente de león 
con sus hojas lobuladas 
y dentadas.

Voy a destrozarlo.



Durazno

1.

¿Cuándo cayeron las hojas del durazno?

No me di cuenta del momento 
en que cayeron.

Las cosas que se alteran lento 
se vuelven invisibles 
pero igual cambian.

No es el tiempo ni el viento.

La caída es la pausa abrupta 
de una continuidad.

Las hojas se desprenden 
del árbol.

Bajan a la tierra.

Viven de agregado, como nosotros.

La luz les muerde las sombras 
sin preguntarles nada.

2

En alguna ciudad lejos de casa 
vas a caerte.

le caerás sobre una superficie dura 
y te lastimarás 
la rodilla derecha.

Vas a abrir tu rodilla derecha
con una herida profunda,
larga y aserrada
como los bordes
de las hojas
del durazno.

Te harán nueve puntos 
mientras estás sentada 
en la camilla negra 
de un hospital 
vacío.

Cicatrizarás tan lento 
que no te darás cuenta 
de cuándo tu piel 
terminó de sanarse.

Hay huesos que saben caer.

El tomillo y el enebro
alivian tu dolor 
y la lengua 
le pone un nombre 
al asunto.

Pero la palabra también 
es una herida, 
una caída al pozo 
donde defendés tu dolor, 
atrincherada
para que no ataquen tu dolor,
atrincherada
para protegerlo.

El silencio puede ser
una fruta dulce y aterciopelada
como el durazno.

3

Las nervaduras son señales
que ordenan el espaeio
de tu cuerpo:
contramano
ceda el paso
pare.

le estacionás despacio 
porque el juego de la belleza 
no tiene apuro.

Las nubes pasan lento 
a una distancia extraordinaria.

Pensás en volar
con tu cuerpo perforado
por gorgojos,
pero el peso del aire
es un ladrillo.

El terror a la naturaleza se aplaca 
como el viento.

Un cuerpo ardiente de luciérnaga 
rodea el tallo aéreo 
de tu respiración.

El mundo crece adentro tuyo
como un embrión celeste.

Tu raíz ramificada
se esparce mejor en ciertos suelos
y en ciertas circunstancias.

Mirás el piso a la altura de tus ojos 
y no recordás el momento 
en que te desplomaste.

Iodo fue tan lento 
que no te diste cuenta.

Las caídas no se ensayan.

Adentro de una cáscara dura 
que se llama hueso 
está su única semilla.

(Del libro homónimo,
La Ballesta magnífica, 2023)

Luciana Mellado 


Luciana Tani Mellado. Poeta, escritora y crítica. Vive en Comodoro Rivadavia. Trabaja como docente e investigadora en la Universidad Nacional de la Patagonia. Dirige el colectivo artístico “Peces del desierto”. Ha integrado, compilado y editado producciones de crítica literaria y antologías poéticas en el país, en Chile, en México, en España y en Alemania. Publicó los libros de poesía: Animales pequeños (2014), El agua que tiembla (2012); Aquí no vive nadie (2010); Crujir el habla (2008); y Las niñas del espejo (2006). Obtuvo premios por su trabajo académico y numerosas becas de creación e investigación en el país y el extranjero.