viernes, 26 de septiembre de 2008

EL ERROR



Se puede hablar de error, cuando hay algún trabajo o una finalidad. Si bien un sistema material podrá funcionar aunque no se lo observe, la finalidad está en el observador.
Dos piedras tiradas con tal dirección que se toquen, la finalidad está en el observador y en su memoria de ver varias veces el fenómeno repetido, pero no en la naturaleza particular de las piedras, es decir que hasta que no se tocan puede aparecer otra piedra, desviar su dirección y cambiar la finalidad.
No se puede decir que para la naturaleza sea un error, se toquen o no. Una inundación, la sequía, la lluvia, no son justas ni injustas, error o buen funcionamiento, no tienen finalidad.
Todos los trabajos del ser humano lienen finalidades y son realidades creadas para el ser humano que las utiliza.
El ser humano se diferencia de una piedra: siente, conoce, y tiene una relación de trabajo con la realidad.
Estamos frente a un trabajo, actuamos y participamos, y esperamos realizarlo con éxito, lo entendemos y lo sentimos.
Podría definir al error como un mal funcionamiento, en una de sus partes, de un sistema con finalidad, por ejemplo, un clavo que se dobla.
El error puede estar en el objeto, mala calidad o mal presentado el objeto para trabajar, una representación poco rica en información, o un mal cálculo motriz.
El error formalmente es mucho más llamativo que todo lo producido.
Si una persona se alterara y rompiera una mesa de un puñetazo, se acordaría toda la vida de lo que hizo.
Uno de los aspectos más importantes para el éxito de nuestro trabajo es objetivar el error, recortarlo definidamente con respecto al sistema, encontrar la racionalidad del sistema, encontrar las herramientas apropiadas y componer con claridad la finalidad, es decir, reparar el error.
He observado que en nuestra sociedad se tiende a situar el error en el individuo, magnificando el error pero no para ponerlo al alcance sino para castigar, lo que nos lleva a situar el error dentro nuestro. Creándose el acostumbramiento a no tomar el error, por ejemplo, del aprendizaje como algo previsible, normal y necesario.
Muchas cosas son perfectas en su forma de ser, una mesa no se equivoca pero el ser humano nunca realiza una misma acción siempre igual (¿es un error o un defecto?). El ser humano recibe millones de informaciones continuamente por la visión. Se desplaza frente a lo desconocido por medio del ensayo y error.
Una de las causas que posibilita la persistencia en el error es cuando un objeto lleva en el mismo útil diversas funcionalidades que son exitosas con respecto a una función, pero son destructivas para el ser que las usa con respecto a otra. Por costar trabajo cambiar de herramienta, por habituarnos a persistir en el error.
He observado que cuando el error se produce en el campo de la utilización de objetos industriales, se arreglan los errores o malos funcionamientos más rápidamente que en el campo de la cultura. Por ejemplo, si se descompone una heladera, el error es fácilmente reconocible y objetivable.
En el campo de la cultura, que se mueve con lenguajes, se tiende a la subjetividad de lo expresivo.
Otra de las causas es la naturaleza abstracta del lenguaje, es decir, la palabra mesa es absolutamente distinta a la mesa real, no funciona como mesa, no es de madera, no tiene volumen parecido, no tiene cuatro patas.
Es decir que la naturaleza del lenguaje subjetivo se presta a crear sistemas confusos donde es difícil encontrar el error.

(De: "El error y otros textos",
Selección y edición del material
Ernesto Montequin,
Textos cedidos por Roberto Jacoby
Selecciones de Amadeo Mandarino,
Bs.As., 2000)


Ricardo Carreira (Argentina, Bs.As.,1942-1993)





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