viernes, 12 de septiembre de 2008

EN UNA CURVA EL CIELO...


En una curva el cielo se hunde sobre el mar

y deja su centro arqueado como una tela,
confundiendo así el origen de su forma
que transforma sus extremos en un doble horizonte.
Mientras el hombre acostado junto a la mujer
confunde el color de la piel con el de la arena
y piensa en la resistencia frente a la luz.
Pero en el fracaso de su mente
ve en el color de la arena
un promedio de elementos partidos y agrupados
que no pueden crecer ni desaparecer
como partículas de óxido sobre escolleras de hierro.
Así, en plena confusión, la aspereza del viento
se hunde en sus cuerpos como el cielo sobre el mar
y mantiene por un instante la sequedad de sus almas
como gotas sobre una infinita tela de acero.


Darío Rojo (Argentina, La Pampa, Eduardo Castex, 1964)

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