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Ya el hombre ha vivido millares de años en alguna parte.
Ya anduvo entre las nebulosas;
estuvo en el corazón de las rocas primeras;
ha sido alga o pez en el mar;
dudó entre las formas anfibias y prefirió la tierra;
se elevó con los árboles para otear el mundo,
y las tormentas dejaron barro de creación en su alma.
Todavía ahora
pájaros y mamíferos transmigran por su cuerpo.
22
Confieso y reverencio la vida aún en sus briznas menores.
Esa piedra vuelta tiernísima por el musgo,
o cuando está desnuda y tiene algo de estrella no encendida;
en el galgo que duerme inmóvil como un río de invierno,
o parte, divino de violencia, como si saltara por sobre el tiempo,
o en el polvo que se alza para danzar armoniosamente ante la luz:
cada cosa moviéndose por un camino propio,
siguiendo su itinerario inimitable
y confluyendo en el principio y el fin.
Luis Franco (Argentina; Belén, Catamarca -Buenos Aires, 1988)
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