martes, 7 de octubre de 2008

CABELLOS AL VIENTO


Hermosa,
como un campo de nomeolvides,
has pasado al mediodía para el almacén.
Anoche me decías que para ser feliz
hay que cruzar el puente.
Hay que ir más allá del Arapey Grande,
a la hora en que se van los pájaros
sin mirar nunca para atrás,
porque los huesos de los parientes
pueden pedirte que regreses.

Has pasado para el almacén

con el cabello suelto.
Levanté los ojos del libro de Macedonio
y he leído en tus sandalias mi futuro.
y he caminado contigo
(a orillas de tu boca)
por un silencioso campo de nomeolvides.


Elder Silva (Uruguay, Salto, 1955)



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