domingo, 12 de octubre de 2008

RECUERDO DE WALLACE STEVENS EN LA FLORIDA















Ahora está hirviendo el mar,
y si pudieras estar conmigo sé que me dirías
que arde sólo la imagen.
En una lengua en que es vicio lo abstracto
tú afirmaste lo abstracto de los mundos soleados
casi imposibles de atrapar.
Yo he visto los jardines deshechos, los residuos
de la flora acosada.
Hay un continuo, un orden que envuelve este paisaje
donde es vestigio el árbol del axioma del árbol.
Tríptico sin verdura, líneas pétreas, aguas que se repiten,
que interrogan, y la sola respuesta es la colina
de roca sumergida, la chatarra
en la arena, el gluglú de la sombra.

Los barcos han zarpado, de pronto se convierten

en una matemática
sin brío, en números de aire,
igual que las sombrillas rezagadas.
Ningún fantasma arguye cuentas aquí con la intemperie.
Ningún cuerpo de luz se diluye en el mar
mejor que en tu poema.

Si alguien habló la lengua de los sobrevivientes
fuiste tú que fundiste los helechos nevados
de New Hampshire con la vibrante vastedad del sur.
No eres el huésped indeseable que nos saca de quicio
sino la forma del océano, el temblor de esa ola
que se hace ola en la palabra.




Heberto Padilla (Cuba, Puerta del Golpe, Pinar del Río, 1932- E.E.U.U., Alabama, 2000)




IMAGEN: El poeta norteamericano Walace Stevens.



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