jueves, 27 de noviembre de 2008

LAS MUSAS INQUIETANTES




































La encajera, Jan Vermeer de Delft

CLAROSCURO
La aplicación de las manos
de los dedos
la concentrada inclinación de la cabeza
el sometimiento
una tarea tan minuciosa
como obsesiva
El aprendizaje de la sumisión
y del silencio
Madre, yo no quiero hacer encaje
no quiero los bolillos
no quiero la pesarosa saga
No quiero ser mujer.






La mañana después del Diluvio , J. M. W. Turner

En el círculo enloquecido de las aguas pluviales
en el torbellino vertiginoso de las aguas marinas
lentamente, comienza a amanecer -a amainar-.

Comienza a amanecer
en el centro líquido de la tormenta
embrión rojizo
óvulo fecundado
célula primigenia
en cuyo interior
flota
el bajel sobreviviente
que eleva su mástil su falo
mientras las aguas
súbitamente amansadas
dejan de caer
dejan de rotar.








































(En el lindero del bosque, Henri Rousseau)


HOMENAJE A ANTONIO MACHADO


En el lindero del bosque
los árboles dibujan
el perfil de una mujer
Las ramas dibujan
el torso de una mujer
Las aguas susurran
el nombre de una mujer
El cielo, en lo alto, está sereno
El hombre persigue una forma que huye
entre las lianas
No sabe, empero,
que contra el amor,
no prueba nada

que la amada no haya existido jamás.































El estudio del pintor, Joaquín Sorolla



Esas mujeres en las playas
de largos vestidos blancos
y sombreros con cintas
en las manos
-ese aire chejoviano-
la languidez de las figuras

Creíamos pasear por Leningrado
-la luz irreal del atardecer-
el aire salino

No sabíamos que la guerra
había empezado.





El Origen del mundo, Gustave Courbet

Un sexo de mujer descubierto
(solitario ojo de Dios que todo lo contempla
sin inmutarse)

perfecto en su redondez
completo en su esfericidad
impenetrable en la mismidad de su orificio
imposeíble en la espesura de su pubis
intocable en la turgencia mórbida de sus senos
incomparable en su facultad de procrear

sometido desde siempre
(por imposeíble, por inaccesible)
a todas las metáforas
a todos los deseos
a todos los tormentos

genera partenogenéticamente al mundo
que sólo necesita su temblor.






Cristina Peri Rossi




Cristina Peri Rossi. Poeta y novelista nacida en Montevideo, Uruguay, en 1941. Su madre, maestra, la inició en el amor a la literatura y la música, y la instruyó en los ideales feministas de igualdad. Trabajó y estudió hasta licenciarse en Literatura Comparada, cuya enseñanza ha ejercido durante muchos años. Su primera colección poética constituyó un pequeño escándalo por su erotismo y sus transgresiones sexuales. Tras el golpe militar uruguayo tuvo que exiliarse en Europa desde 1972. Obtuvo la nacionalidad española en 1974. Desde entonces ha publicado varios libros que han gozado del aprecio de la crítica y los lectores: «Evohé» en 1971, «Descripción de un naufragio» en 1974, «Diáspora» en 1976, «Lingüística general» en 1979, «Europa después de la lluvia» en 1987, «Babel bárbara» en 1991, «Otra vez Eros» en 1994, y «Aquella noche» en 1996. Su obra ha sido traducida a varios idiomas y galardonada con los más prestigiosos premios literarios, entre los que se encuentra el Premio Internacional de Poesía Rafael Alberti, obtenido en enero de 2003 y el de la Fundación Lowe, recientemente.
Los textos que publicamos fueron extraídos de "Las musas inquietantes", poemas sobre pinturas de artistas célebres, editado por Lumen, en 1999.

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