No deseo hablar con alguien que ha escrito más libros de los que ha leído.
miércoles, 26 de noviembre de 2008
TEMOR
El temor de haberlo dicho todo
o demasiado, antes de tiempo.
El peso de las palabras como diamantes
sobre el corazón,
y el temor de no dejar rastros
sobre la tierra.
¿No eres quien ha escrito
toda experiencia restituye
la sangre Universal
al mismo seno? ¿No eres tú el crucificado?
¿No has muerto ya infinitas veces?
Y sin embargo perseveras
en renacer. Y la pesadilla de no ser
sino viento en la tierra de nadie.
Es posible en tanto
renovar lo Inédito en las lentas
florescencias del verano.
Durante las noches los árboles
florecen suavemente acariciados
¿por qué manos? ¿y hacia qué aires miran?
Calla la luna. Ella, que contiene
todos los secretos de la resurrección,
Ella, calla.
Oscar Portela (Corrientes, Loreto, 1950; Corrientes, 2014)
LA INCURIA
ResponderEliminarpoema de OSCAR PORTELA
Estoy viejo. Pero siempre fui viejo.
Vengo desde la Muerte. No se hacia donde voy.
Desde el texto de un libro me dice adiós un beso
Y yo le digo adiós. Adiós salvajes manos y memorias
De insolencias que arden pués ya lanzado estoy a desmesura
De decirles adiós y estoy diciendo adiós.
Estoy viejo pero “el mundo está viejo”:
Vengo desde la muerte no se hacia donde voy.
Desde el alma del alba me dice adiós tu beso y
Yo le digo adiós. Estoy viejo, los Dioses de la Noche
Permanecen ausentes y yo les digo adiós: no os preocupéis
Amigos pués desde el primer vagido que estoy diciendo adiós.
RESURRECCIÓN
ResponderEliminarpoema de OSCAR PORTELA
a Chris Farrell
Saber que soy tú tumba. Dentro de mí te mueres
Con un vago gemido o con un grito y despiertas
Después lanzado hacia la aurora como un dardo.
Ah, sentir que mi cuerpo te contiene y somos uno
En la soberanía de sentir la muerte y asfixiarme
En tus brazos, y ser depositario del deseo de vida y muerte,
Pariéndote en la música de mi estrenado corazón
Yo nuevo – renacido en deseo – bañado en alba
De deseo de lunas y de soles, quemándome en tu piel
Y ya fundido en desmesura de soberanías
No tener otra patria que la muerte y la resurrección
Eterna de un orgasmo.