jueves, 25 de diciembre de 2008

EL POETA JOVEN



Hace muchos siglos yo también fui un poeta joven
Escribí sobre amores desesperados que por cierto tuve
Sobre la vida que pasé en lugares cálidos o cubiertos por la nieve
O los imaginé como todo poeta adolescente debe hacerlo
A lo mejor escribí una imagen poderosa
Pero nadie nunca la descubrió
Ni jamás fue leída que es lo peor para el joven poeta
Soñé que con algunos versos dejaba temblando a un poeta famoso
Luego me escribía pidiendo leer el resto de mis escritos
Visitar su casa o su país, beber su vino
Contemplar sus envidiables tesoros
(unos gastados zapatos de Rimbaud por ejemplo,
la camisa campesina del adolescente Esenin
o el revólver con el que se suicidó Maiakovski)
Otras veces imaginaba que era recibido por las multitudes
Como ahora son recibidos los artistas de los video-clips internacionales
Soy ahora el poeta anciano que no fue tocado por la luz de la fama
Fui en un tiempo muy remoto
El bello poeta, tierno e ingenuo
Ya nada importa si mis poemas permanecen sepultados
En algún estante polvoriento
De una computarizada biblioteca postmoderna
En la última galaxia de nuestro Universo infinito
Sólo sé que son indescifrables jeroglíficos
De una especie cada vez más extinguida
Ruinas arqueológicas hundidas bajo toneladas de piedra
O raramente visibles en las selvas del trópico
Donde exóticos pájaros de colores cantaron sobre ellas
Construyendo desprevenidamente encima del pasado milenario
Sus nidos pasajeros.




Javier Campos (Chileno, Santiago, 1947)




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