domingo, 18 de enero de 2009

CARA Y SELLO

Para mi hijo Pablo Arturo
Hablar de solitarios
ya no tiene presentación alguna
un solitario en estos días
no es más que un tipo de mal gusto
un resentido
un pobre pusilánime
Y
sin embargo
hoy voy de la mano de mi hijo,
aventajado alumno
que aprende de mis ásperos modales
el abecedario de la soledad:
Me duele desde ya
ese brillo en sus ojos,
y descubro también
que él se duele,
sin comprender muy bien,
el que albergo en los míos
Quizás
por todo eso
y sin decir palabra
sobreviene un apretón de manos mutuo
como a sabiendas de estar a punto de cruzar,
cuidando uno del otro,
el peligroso callejón de la tristeza...


Rafael del Castillo (Tunja, Colombia, 1962)

Más poemas, aquí.



No hay comentarios:

Publicar un comentario