miércoles, 25 de febrero de 2009

DE LA SIMPLE EXISTENCIA




















La palmera al final de la mente

detrás del último pensamiento, crece,
en la distancia de oros brillantes,

un pájaro de plumas de oro
canta en la palmera, sin significado humano,
sin sentimiento humano, una canción extranjera;

entonces comprenderás que no es la razón
la que nos asiste en la felicidad o tristeza de los días.
El pájaro canta, sus plumas resplanden.

La palmera se yergue al borde del vacio.
El viento baila en sus ramas,
las doradas plumas del pájaro caen lentamente,
suspendidas en el aire.



Wallace Stevens (E.E.U.U., Pennsylvania, 1879-Connecticut, 1955)

(Versión de Esteban Moore)




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