sábado, 21 de febrero de 2009

Verás los objetos mismos...



























«¿Por qué ¡oh mortal! te desesperas tanto?
Por qué te das a llanto desmedido?
¿Por qué gimes y lloras tú la muerte?
Si la pasada vida te fue grata,
Si como en vaso agujereado y roto
No fueron derramados tus placeres,
E ingrata pereció tu dicha entera,
¿Por qué no te retiras de la vida
Cual de la mesa el convidado ahíto,
¡Oh necio! y tomas el seguro puerto
Con ánimo tranquilo? Si, al contrario,
Has dejado escapar todos los bienes
Que se te han ofrecido, y si la vida
Te sirve de disgusto, ¿por qué anhelas
Multiplicar los infelices días
Que en igual desplacer serán pasados?
¿Por qué no pones término a tus penas,
y a tu vida más bien? Pues yo no puedo
Inventar nuevos modos de deleite
Por más esfuerzos que haga; siempre ofrezco
Unos mismos placeres: si tu cuerpo
No se halla aún marchito con los años,
Ni tus ajados miembros se consumen,
Verás, no obstante, los objetos mismos,
Aun cuando en tu vivir salgas triunfante
De los futuros siglos, y aunque nunca
A tu vida la muerte sujetare».

Fragmento del Libro III (versos 1270 a 1296)


Lucrecio

(Traducción D.José Marchena)


Tito Lucrecio Caro (Roma?, h. 94 a.C.-?, 53 a.C.). Poeta latino. Aunque se tienen pocos datos de su vida, se sabe que pertenecía a una familia aristocrática y que murió en torno a los cuarenta años, al parecer por un suicidio. Fue autor de uno de los poemas didácticos más valorados de la tradición latina, titulado Sobre la naturaleza de las cosas. La obra recoge y vulgariza en gran medida la doctrina materialista de Epicuro, según la cual el mundo está constituido por átomos, elementos indivisibles que, por ser extremadamente tenues, escapan a nuestros sentidos y cuyo número es infinito. El hombre es mortal, y su felicidad depende de aceptar este hecho y perder el miedo a los dioses. Aunque el estoicismo tuvo mayor repercusión en Roma que el epicureísmo, sus contemporáneos conocían bien su obra, que fue rescatada durante el Renacimiento.

El poema publicado integra "De rerum natura", traducido
en su totalidad en la Biblioteca Cervantes.

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