domingo, 19 de abril de 2009

EL FRACASADO

A Luis Soler Cañas
A Eduardo Lausse


Con los cables pelaos, ya no da tono,
pero si lo aguantiño y no le rajo,
es por el fato raro que lo trajo
a esta porca ciudad, como a mi nono.

De entrada, se engrupió con su trabajo
(un organito moledor y un mono).
Después se abandonó, y el abandono
lo hundió en la roña original del Bajo.

Aquí el naipe, la copa y los paisanos
le hacen comba a su vida sin esperas.
Es de la misma raza de esos tanos

que se echan a morir en las veredas,
cansadas ya de barajar sus manos
un mazo de marchitas primaveras.


Daniel Giribaldi



Seudónimo de Diógenes Jacinto Giribaldi. Poeta argentino, nació en Nueva Pompeya (uno de los 100 barrios porteños), en abril de 1930 y murió el 2 de noviembre de 1984. Fue agrónomo, bailarín de tango y periodista, además de poeta. Publicó sus poemas en "Agua reunida", "Bien debute y a la gurda" y "La construcción del laberinto". Hizo una versión lunfarda del clásico de Cervantes, Milonga de Don Quijote. Además, dejó varias novelas inéditas, entre ellas una titulada "Quilmes tomadas en los jardines de Flores". En 1966 Giribaldi publicó sus "Sonetos mugres" que terminó siendo su obra más reconocida. Fue por editorial Sudestada, que por ese entonces ya había sacado “Las condiciones de la época” de Joaquín Giannuzi y “Las patas en las fuentes” de Leonidas Lamborghini. A pesar de un prólogo de Gobello y un epílogo más que laudatorio de José Barcia, la suerte literaria de Giribaldi fue mínima. Se lo recuerda todavía en Rosario, cuando un par de lectores aislados preguntan, muy de vez en cuando, qué pasa que nadie habla de él. Y es extraño, porque son un puñado de sonetos entrañables, sinceros, muy bien construidos. Sonetos en donde el lunfardo no viene a saturar la estructura clásica, sino a oxigenarla, a darle sentido. Varios poetas argentinos le entraron al soneto, pero unos pocos domaron esa fórmula. La musicalidad de Banchs, la aguda percepción de Wilcock y, sin duda, la entrañable voz ciudadana de Giribaldi". (Antonio Requeni). Giribaldi murió en 1985, a los 54 años, de una cirrosis hepática.
(Texto parcialmente tomado de "Al mar por naranjas")


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