viernes, 1 de mayo de 2009

POEMA de la noche 988.ª



La injusticia se halla latente en el alma humana;

no la oculta más que la impotencia.
La lengua de quien es listo está en su corazón
y el corazón del ignorante en su boca.
A quien no es mayor que su propio juicio lo mata
la cosa más insignificante.
El origen del hombre está oculto, pero gracias
a sus actos lo oculto sale a la luz.
Quien no es de buena raza nada bueno expresará
por su boca.
Quien copia los actos del imbécil se iguala
a éste en ignorancia.
Quien revela a la gente su secreto despierta
a sus enemigos contra él.
Le basta al hombre con lo que le atañe
dejando de lado lo que no le interesa.



Anónimo

(Traducción de Leonor Martínez Martín,
Tomo III de Las mil y una noches,
Vergara, Barcelona, 1965)



"El Libro de las Mil y Una Noches" es a veces llamado, con mayor fidelidad al original árabe "Al laylah wa laylah", el "Libro de las Mil Noches y Una Noche"; los angloparlantes lo conocen por un título menos sugerente, "Arabian Nights" ("Noches árabes"). Muchas de las historias, en rigor, no son árabes sino indias o persas, y hasta puede adivinarse la influencia de la "Odisea" en la historia de Simbad. La tradición dice que la compilación árabe "Mil noches" (Alf laylah) se originó alrededor del año 850, y es atribuida al reputado contador de historias Abu abd-Allah Muhammed el-Gahshigar. El más temprano texto con una clara relación con las Noches actuales es un papiro del siglo IX, que menciona dos personajes, Dînâzâd y Shîrâzâd, y la primera le pide a la otra que le cuente una historia. También se menciona un título: "El libro de historias de las mil noches". El carácter de "Mil y Una" de las Noches parece haber sido, en principio, una manera de decir "muchas" o aún "infinitas" Noches. (Pensemos en ciertos usos cotidianos que damos hoy a los valores numéricos y que están lejos de ser literales: por ejemplo, "estuve esperándote un millón de años"). Circulaba el mito de que quien las leyera todas se volvería loco. Muchas historias parecen haber nacido como ficciones independientes transmitidas en forma principalmente oral, y luego terminaron absorbidas por el por cierto muy flexible corpus de las Noches. Por ello, haríamos bien en considerarlas una obra colectiva cuyo autor es el conjunto de la gran civilización medieval árabe. La primera traducción occidental fue la versión francesa de Antoine Galland (principios del siglo XVIII). Las versiones españolas de las Noches son por lo general traducciones de la traducción de Galland. La primera versión española del texto árabe es sorprendentemente tardía, y es la del escritor judío español Rafael Cansinos Assens, que se la dedica al pueblo árabe: "Al noble pueblo árabe, que dio a 'Las Mil y Una Noches' lo que un padre da a sus hijos: sangre, nombre y lengua. ¡Sélam!" (Pablo Martín Cerone).
Tomado de: quinta dimensión, donde se puede leer una síntesis argumental y más datos sobre la obra.


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