viernes, 4 de diciembre de 2009

CRIMEN



Pasaron horas de un paso a otro.

Horas de una tos a otra.
La silla seguía entretanto probándose la ropa
y la escalera se escapaba
cuando los saludos se pudrían.
Mujer, no te despiertes nunca.
De qué valen las manos escapadas por el aire
cuando las voces se apagan más pronto que el fuego.
Cuando escaparse es lo mismo
que mirar a lo lejos
la sombra que siempre te espera
para seguirte sin tregua
para los cuándos, dónde y por qué sin los qué.

La sombra, rota al fin, como el pan.
Las miradas sueltas que se entrechocan
furiosas.
¿Hay acaso ropas como trampas,
sombras remendadas
para amar un cuerpo?
El espacio podrá esperar
y guardar gotas de silencio.
Nadie será alguien, porque hay tiempo
sin arriba
sin abajo,
ni delante ni detrás.



Gerardo Deniz (España, Madrid, 1934- Ciudad de México, 2014)


(De: Ahora o nunca, Poesía
reunida, Ed. Argonauta, 2009)


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