viernes, 31 de diciembre de 2010

Bailé con una mujer de fuego...





















Bailé con una mujer de fuego
En las colinas brumosas del valle de California
Me contó una historia
En la que yo tenía que ser el actor de sus sueños
En la pantalla gigante sólo aparecieron sombras ardientes
Por los paisajes grises nadie vio correr
A la actriz enloquecida de amor
Ni nadie se dio cuenta del galán vestido de blanco
Nadie tampoco pensó que ese film aún no existía
La realidad de esa película era un pozo oscuro
Pero los espectadores querían el beso final
En algún lugar de esa ciudad imaginada
Teníamos que encontrarnos
El director nos buscaba para detener esta absurda filmación
Bombardeó las imaginarias calles
Los cuartos de hotel los parques y las autopistas
Quedó una cámara de filmación dando vueltas en el cosmos
Yo y la actriz éramos astronautas perdidos
Abrazados en alguna parte de las galaxias
En la pantalla nunca aparecieron los protagonistas
Sólo el cartel mohoso sobre los edificios
Anunciando el estreno mundial que nunca llegó


Dos actores de una historia soñada
Dos estrellas perdidas de Hollywood.




Javier Campos (Chileno, Santiago, 1947)





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