sábado, 8 de enero de 2011

Yace tranquilo, duerme en paz


Yace tranquilo, duerme en paz, tú que sufres
la herida que arde y se agita en tu garganta.
A flote sobre el mar silencioso la noche entera hemos oído
el rumor de la herida envuelta en una sábana de sal.

Bajo la luna, tantas millas lejana, hemos temblado al escuchar
el sonido del mar flotando como la sangre de la sonora herida
y cuando la sábana salobre rompió en una tormenta de canciones
las voces de todos los ahogados nadaron sobre el viento.

Abre un sendero a través de la lenta vela triste,
arroja lejos hacia el viento los portales del errabundo bote
para empezar el viaje al final de mi herida,
oímos que cantaba el sonido del mar, vimos como hablaba la sabana salobre.

Yace tranquilo, duerme en paz, oculta la boca en la garganta,
o hemos de obedecer y cabalgar contigo por entre los ahogados.




Dylan Thomas (Swansea, Reino Unido, 1914-Nueva York,E.E.U.U., 1953)

(Traducción de Elizabeth Azcona Cranwell)






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