martes, 19 de julio de 2011

LA PRIMAVERA



























De lejanas alturas desciende el nuevo día,
Despierta de entre las sombras la mañana,
A la humanidad sonríe, engalanada y alegre,
De gozo está la humanidad suavemente penetrada.
Nueva vida desea al porvenir abrirse, Con flores, señal de alegres días, Cubrir parece la tierra y el gran valle, Alejando la Primavera todo signo doloroso.


3 de Marzo de 1648.

Humildemente
Scardanelli.

(Traducción de Txaro Santoro y José María Alvarez)


Friedrich Hölderlin (Lauffen am Neckar, Alemania, 1770-Tubinga, id., 1843). Poeta alemán. Al morir su padre, administrador del seminario protestante de Lauffen, cuando él tenía dos años, su madre casó en segundas nupcias con Johann Christoph Gock, consejero municipal de Nürtingen, donde Hölderlin se crió junto con su hermana y su hermanastro. En 1784 ingresó en un colegio preparatorio para el seminario, en Denkendorf, y en 1788 entró como becario en el seminario de Tubinga, donde trabó amistad con Hegel y Schelling, a partir de 1791. Muy influido por Platón y por la mitología y cultura helénicas, se apartó sensiblemente de la fe protestante. En 1793 salió del seminario provisto de la licencia que le permitía ejercer el ministerio evangélico, pero decidió no dedicarse a su carrera, sino emplearse como preceptor. Schiller le proporcionó una plaza para ocuparse del hijo de Charlotte von Kalb, en Waltershausen, aunque pronto abandonó su puesto, dada la limitada influencia que ejercía sobre su alumno, y se instaló en Jena, uno de los principales centros intelectuales del país. Asistió a clases impartidas por Fichte, y Schiller le publicó un fragmento del Hiperión en su revista Thalia. Falto de recursos, volvió a Nürtingen en 1795, antes de ser introducido en casa del banquero Gontard, en Frankfurt, siempre como preceptor. Susette, la esposa de Gontard, mujer al parecer de gran belleza y sensibilidad, habría de convertirse en su gran amor; tanto en sus poemas como en el Hiperión se referiría a ella con el nombre de «Diotima». Su amor fue correspondido, y el poeta describió su relación en una carta como «una eterna, feliz y sagrada amistad". A pesar de su trabajo y de los viajes que debió efectuar con la familia Gontard a causa de la guerra, fue una época de intensa actividad literaria, y en 1799 finalizó su novela epistolar Hiperión. En septiembre de 1798 tuvo que abandonar la casa de los Gontard, después de vivir una penosa escena con el marido de Susette. Se entrevistó varias veces en secreto con ella, hasta que se trasladó a Homburg, por consejo de su amigo, Isaak von Sinclair. Emprendió entonces su tragedia La muerte de Empédocles e intentó lanzar una revista intelectual y literaria, que fracasó. En 1800 fue invitado a Stuttgart, donde tuvo tiempo para dedicarse a la poesía y traducir a Píndaro, que ejercería una gran influencia sobre sus himnos. A finales del año aceptó otro puesto como preceptor en Hauptwil, Suiza; se ignora por qué razones abandonó su trabajo, en abril de 1801, y volvió con su madre, a Nütingen. Hasta enero de 1802, cuando obtuvo un cargo en casa del cónsul de Hamburgo en Burdeos, trabajó ininterrumpidamente en su obra poética. Al aparecer los primeros síntomas de su enfermedad mental, en abril abandonó una vez más su puesto. Sinclair le comunicó por carta la muerte de Susette Gontard, el 22 de junio de 1803, en Frankfurt. Tras un período de gran violencia, su trastorno mental pareció remitir. Sinclair lo llevó de viaje a Ratisbona y Ulm y, a la vuelta, escribió El único y Patmos, dos de sus obras maestras. Por influencia de su amigo obtuvo la plaza de bibliotecario de la corte, en el palacio del landgrave de Homburg. Como sus crisis mentales se hicieran cada vez más frecuentes, en 1806 fue internado en una clínica de Tubinga, sin que se produjera mejoría en su estado. Un ebanista de la misma ciudad, entusiasmado por la lectura del Hiperión, lo acogió en su casa en 1807. Allí permaneció hasta su muerte, en unas condiciones de locura pacífica que se prolongaron durante treinte y seis años.




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