viernes, 13 de abril de 2012

Dice...


























Dice que, ahora,
cuando el viento sacude las plantas
y hace caer hilitos de hojas
sobre las baldosas —
dice que ahora
su vocación es lavar ropa
de madrugada —
un concierto de baldes, agua y espuma de jabón,
telas varias y sus manos —
pequeñas como la menta
y perfumadas de un aire que ya no habito;
sus manos, digo,
en tareas rotundas, familiares
que aún se niegan al reparo del olvido.
De noche, no muy lejos
de la casa donde hoy vivo
ella lava su ropa como si soñara.
Luego escribe — describe los colores
la selva de humo y silencio
el correr del agua por la rejilla
y las baldosas rojas —
mansas y delicadas como el viento
que noche a noche roza sus manos
como queriendo avivar el fuego
entre uno y otro corazón.


II
Dejamos atrás horas y horas,
el derroche de un mundo —
muda memoria de
un pasado que pasó
y sonríe desde una foto,
como si supiera.



III

Toda reparación es un comienzo —
manera de matar, de sosegar, de sojuzgar.


Toda reparación es levantar

un muro donde antes había viento.

Levantar un muro para que pase el viento.



(coda)

La foto movida, sin fecha. Un aeropuerto. La idea del viaje.
Encadenada a su imagen fugitiva a perpetuidad.
¿Y el corazón? Estaba en otra parte.





Teresa Arijón (Buenos Aires, Argentina, 1960)


Los poemas publicados pertenecen a "óstraca, poesía reunida", Curandera, 2011.



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