martes, 9 de octubre de 2012

equilibrio por peso




He pensado sentarme

frente al portón

de tu casa

y preferí detenerme

en el lado opuesto a tu calle

en el que nada de vos

sería

hipotéticamente visible

y yo podría

comprobar a mi antojo

el equilibrio

por el peso

de la falta

de tu cuerpo





estoy parada

en la vereda

de atrás de tu casa

hasta donde llega

desde el corazón

o el centro de la cuadra

algo de vos, el aroma

de tus cenas , el ritmo

de tus tambores y ordenados viajan

hacia el norte

como sobre alfombras

voladoras

tus pares

de zapatos



tal vez la ausencia existe

para demostrar

aquello

que no lo está

y la vida ahora

tal vez sea solo eso, puro

equilibrio, puro destruir

para comprender



no querías que yo fuera así

como una democracia de alta intensidad

ni que mi cuerpo se debatiera contra el tuyo

como cianuros y oros química

indisolublemente atraídos,

no querías que yo fuera excesiva

en los detalles

y olvidara

las magnificencias

pero ya ves

es el exceso el que prefiero

otra vez

y acá

equilibrando el sentido

de la falta

de tu cuerpo




he pensado sentarme en el frente de tu casa

a esperar que entres o salgas

para mirarte caminar algunos metros

sin decir nada

y preferí

venir a esto

atrás

a la calle opuesta

a escuchar qué dice

la zona convexa a tu cama



he pensado

escribir con aerosol

el portón de tu casa

he planeado cada detalle

la hora, el modus

operandum, he pensado

enviarte flores sin tarjeta

para que puedas leer

en el blanco

que no te guardo rencor, no te guardo

amor, no hago nada respecto al tema

de vos guardo el libro que me prestaste

el dvd

que me prestaste

y que alguna vez

me gustaría

devolverte



camino por los alrededores de tu casa

sabiendo que no volveré a golpear

el portón que te separa o te une a mi

el mismo que clausuré por fuera

esa noche



no moriré

por vos

tampoco viviré, por vos

estoy en plena elaboración

de mis deseos

más saturados, más

viscerales, mis fantasías

mas turgentes, esas que me desregulan

o me alivian

de la calma





la ausencia es como mis ojos o mi amor

necesita peso

para equilibrar su sinsentido

mi amor no es el de Sylvia Plath

sé, que te inventé en mi mente

y que algunas partículas

de tus días conmigo

te hacen bastante parecido a eso,

mi amor no es

un amor idealista, platónico

amor mio, mi amor

no es amor



he pensado mudarme a tu barrio

para cruzarte en el todo suelto

o la que sería

para saber que estás

antes o después que yo

esperando a que te atiendan

con tu número en la mano, antes

o después que yo

pero cerca mio

visible y nada

pudiendo contra eso



pero vine acá

al revés de tu calle

a sentir qué me dice tu falta

y a saber qué es

lo que yo

le respondo.


                                                                                                      28/08/12
                                                                                                      (Inédito)



Marcela Saracho



Marcela Saracho. Nació en Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires en 1964 y reside en Bariloche desde 1984. Publicó Soledad y otras Equivocaciones (1987) Animales, locura, peste (1988) y Desalojo (2007). El poema que presentamos integra el libro "Campo azul", que está inédito.






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