I
una plegaria al cielo llena mi boca
II
el viento levanta el polvo de las tumbas
y tus huesos ya no están
III
la danza de las bocas mudas se extinguió
al alba de tu partida
V
de mi tierra fértil
sólo sequía
VIII
el brillo del ocaso
enceguece a los amantes pávidos
IX
en este ahora en que el barro salpica mi lengua
sólo esta escritura dice lo que no puedo hablar
XV
siempre tendremos el azar a nuestra merced
esperando agazapado
un encuentro fortuito de miradas
un encuentro fortuito de miradas
XXII
en la caída
libre
se
despedazan los cuerpos
la tierra
deglute mis miembros
XXV
antes de
partir
concédeme
la voz que cure lo incurable
XXVII
porque en la espera de la luz
la sombra ya es cotidiana
los ojos velados aguardan
los ojos velados aguardan
la música amansa las
bestias
quieta prisionera
acaricia el deseo
XLIV
saberme sin espaldas donde recostar mi peso
que arrastro como cadenas de palabras pesadas
impronunciables
XLVII
no perdono el silencio
no perdono la ficción de tu boca
XLVIII
resiste los días de noches largas
hasta la próxima primavera de nuevas flores
LVI
es aquí mismo
en este lecho
que dos cuerpos caían uno sobre otro
entre besos de labios y piernas
aquí mismo
donde los pájaros mueren
LXXIII
como una mosca
me poso sobre la comisura de tus labios
cuando hace instantes estuve sobre el estiércol
XC
arrojé mis plegarias al viento
y los dioses cosieron mi boca
XCVIII
vimos los picotazos ahuyentando al ángel
y me rogaste con los ojos
¡no pude espantar los pájaros!
¡no pude espantar los pájaros!
CIX
quizás el agua bendita en la frente
incite a creer en algo
CXX
quieta
en silencio
esperando que pase la muerte
y no me vea y no me llame
CXXIV
y saber que una palabra tuya
no bastará para sanarme
CXXXVI
del mutismo eterno
la alquimia de la palabra
CXLIV
decir con esta mudez
tragando lengua y palabras
la tierra seca
la calma de la ausencia
la calma de la ausencia
CXLV
fugaz la caricia
aroma a voz tibia rozando mi boca
más tarde resplandor
CLII
una última mirada
de ojos abiertos
saltamos del barco
a la deriva se lo llevan las aguas
como a nosotros
CLIII
nos mece un océano infatigable
CLIV
siempre
habrá una orilla donde descansar
Carolina Massola nació
en 1975 en Buenos Aires, ciudad donde reside. Estudió francés en la Alianza
Francesa y se perfeccionó en Francia – Sorbona (París IV). A su regreso cursó
estudios de Letras en la Universidad Nacional de Buenos Aires. En el 2006
codirigió la revista Eripio, Poesía
Circulante, donde publicó traducciones de poemas de Baudelaire. Ha
colaborado en distintas publicaciones del país como así también en la Revista
de poesía de Madrid El Alambique, en
el proyecto online Palabras errantes y
fueron publicados algunos de sus poemas en la revista Prisma N°12 de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges. En
2009 publicó Estado de gracia, libro
de poesía incluido en la colección “Fénix” de Ediciones del Copista. Varios
poemas de ese libro han sido traducidos al inglés y al francés. Actualmente
cursa el Traductorado Literario-Técnico y Científico de Francés en el I.E.S. en
Lenguas Vivas “J.R.F.” y trabaja en la producción y corrección de dos novelas y
cuentos, traducciones, como asimismo en nuevos trabajos poéticos.
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