domingo, 1 de septiembre de 2013

Felices pascuas

























Poema


Alguna vez, cuando hayan pasado muchos años,
comprenderás estas y otras palabras de los viejos poetas.

Verás a los recolectores del humo de las cosechas
con sus trajes heredados
comiendo su racimo de uvas brillantes
bajo la verde
parra del paraíso

y verás que el invierno es un largo pájaro de plumas rojizas
que duerme en un país ruidoso y bien amado,
donde el agua no canta, ni embalsaman las flores
ni las ardientes esmeraldas crecen en las leyendas.


Comprenderás tal vez que la naturaleza es un cadáver enjoyado y triste
donde las almas atan su destierro
a ríos rumorosos, a pájaros, a flores majestuosas
bellas y sin sentido

y verás que estos últimos besos o palabras
sólo son una obscura brasa de viento que se apaga.
En un país ruidoso y bien amado
con alas y guirnaldas de viejos poemas
soñados en las calles, en las tabernas, entre los muelles,

Estaré fumando mi pipa junto al pájaro
que bebe la hermosura del mar..
Si allí no estoy cuando comprendas todo
no sé, no sé dónde decirte que me busques
mi pequeña muchacha, mi pequeña mendiga del jardín


(Inédito, 1975)




Felices Pascuas

Felices los que creen en el Espíritu Santo
felices los que creen en el partido comunista
felices los que creen en el dragón del Sol
o en el oscuro río de la noche
eternamente inmóvil.
Felices, felices los que en la flor del cáncer
encuentran la paloma
de la última hora.
Y feliz vos
y yo,
tan perdidos
en la soledad del amor,
cuerpos que fueron sombra
y ahora resplandecen en las viejas almohadas,
felices,
porque ya está el pan que quema.


Felices mis amigos que perdí
porque me perdieron
feliz el vaso roto
en la noche
sin el Señor,
feliz la espuma de los dientes
del lobo
tan solo,
en el bosque dorado;


feliz alma mía
que no comprendes nada,
nada, nada,
feliz cuerpo mío
que ardes como un árbol
de tierra
en la noche
del Pan.                                           


                                       (Inédito,  Mendoza, diciembre de 1964)


(Atención: María Charo Sola)

Alfonso Sola González



Alfonso Sola González. Poeta argentino, nacido en Paraná (Entre Ríos), en 1917 y fallecido en Mendoza, en 1975. Es uno de los máximos representantes del neoromanticismo en la Argentina. Su obra está contenida en cinco libros: La casa muerta, Ed. Cántico, Tucumán, 1940; Elegías de San Miguel, Gulab Aldabahor, Bs.As., 1958; Cantos para el atardecer de una diosa, D'Accurzio, Mendoza, 1954; Cármina, Bs.As., 1958 y Cantos a la noche, D'Accurzio, Mendoza, 1963.


LEER su biografía completa, trabajos críticos y más poemas, aquí.




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