miércoles, 23 de julio de 2014

Compré una canasta con frutas


























Compré una canasta con frutas en el mercado. Caminando hasta el parque revoleaba la canasta a un lado y a otro y cada tanto pegaba un salto. Porque eso hago cuando estoy contento. En el camino me crucé con los pibitos del barrio y les regalé una fruta a cada uno y nos fuimos todos juntos a comerlas a la plaza. Cholo contó que había visto una nave la noche anterior, una nave cargada de superhéroes. Dijo que todos tenían la cabeza fosforescente y que la sacaban por las ventanillas. Contó doce y una forma extraña que no era un humano pero que también brillaba. Nos quedamos en silencio, pensativos. Caía la noche y alguien dijo que la magia no existía. Cuando volvía para casa sentí brillar dentro de mí la nave de los doce superhéroes y con eso hice un poema. Cuando lo terminé, hice un avión con el papel en el que estaba escrito y lo lancé por la ventana, sobrevoló la calle, planeó sobre los árboles y se encendió como una lamparita antes de caer.



Estoy inflando un globo plateado

Estoy inflando un globo plateado. Lo veo hincharse con mi aire y ponerse durito. Lo miro sin que eso me conduzca a ninguna reflexión. Está conmigo, eso es lo importante. Salgo al balcón con mi globo y contemplamos la ciudad sin que eso nos haga pensar en algo que tenga que ver con algo. Después, que las cosas tengan coherencia me parece que es lo de menos. Me da hambre y suelto el globo. Lo veo alejarse, baila, parece feliz. Aunque simulo un universo particular, el fondo es siempre universal. Y eso tampoco debe tomarse como una reflexión, porque en realidad, no quiere decir nada. En la heladera encuentro bananas, me como una. Me siento bien, eso es lo importante; me siento entera. Ya no me interesa teorizar ni construir conceptos, ahora inflo globos, como bananas, y a las ausencias las relleno con inutilidades, ni siquiera con inventos o poemas, ahora me muevo en el perímetro de la vulgaridad. Y eso me parece que no está ni bien ni mal.


Paula Moya



Paula Moya; Mar del Plata, 1988. Vive en La Plata. Publicó Carne (Goles Rosas, Mar del Plata, 2010). Administra desde 2009 el blog Mentiroso y nudista (fiestaenelutero.blogspot.com).





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