lunes, 29 de septiembre de 2014

POEMAS POBRES




2

El colectivo se hunde en el túnel 
y mi mente se dispersa.

Al subir, el sol 
me ciega.

Algo había resuelto 
unas horas antes.

Estaba seguro
de poder recordarlo,


4

La ciudad se desdibuja
en ambigüedades de una época
cercana: obispos y dictadores,
algunos
destinos personales
perdidos en la hipocresía.

La prosa es fluida y prolija. 
Los capítulos son cortos.

La luz del alba
se extiende por las paredes
de mi casa.

Me propongo no dormir 
hasta que en la historia 
aparezca el amor.


6

Bajo del subte
con la mente aturdida
por los mismos
pensamientos de siempre.

Subo a la calle
por una escalera
que no había usado nunca.


8

Hacía mucho tiempo 
que no pisaba las calles 
de este lugar.

Aquí viví.
Aquí creí que empezaba
para mí un futuro distinto.

Las cuadras, los árboles, 
la gente: todo me es ahora 
tan propio como ajeno.

Camino por este barrio sin saber 
si me afirma o me desmiente.


9

La música es mi sueño
de un largo porvenir.


18

Pensé en vos
un rato por la tarde,
ayer.

A la noche soñé
que hacíamos el amor
de pie,
en los fondos
de una librería.

Ahora escribo 
estas líneas

para que te lleguen
más tarde,

o no.


27

Si hablo me hundo.
Si callo me asfixio.


38

Fue una lluvia intensa 
e inesperada

que se desató
cuando se ponía la tarde.

Duró lo que una canción,

y el cielo se llenó de pájaros 
que volaron desordenados 
en todas las direcciones.

Tardé en encontrar 
mi largavista.

Quería comprender 

si los pájaros

volaban tan alto 
o eran sólo

aves demasiado pequeñas.


40

El musgo sobre la roca,
la roca debajo del agua.
El olor dulce
de los espinos.

Nada nuevo.

El dinero construye 
su propio camino.

Los viejos se mueren, 
los jóvenes viven.



(de: Poemas pobres,
Vox, 2011)

Ezequiel Alemian (Argentina, Benos Aires, 1968)







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