En una fiesta de casi famosos
mendigando copas de vino
con mi amiga
bailamos así
agitando en el aire
el dedo índice,
damos tantas vueltas
que le tiramos las copas
a los que están al lado
y nos bardean
pero no los escuchamos
estamos en la capsula del baile loco,
de repente,
mi amiga reconoce a un famoso
lo saluda a los gritos
él apenas nos mira
y sigue desfilando
con su camisa de palmeras.
Los actores de la televisión y los músicos están sobrevalorados,
pienso
aunque no puedo fundamentar este pensamiento
que se queda ahí, como flotando.
Un poco después
fumamos
discutimos con un viejo
que nos sigue por todo el boliche
como una mascota
dice que le gusta el policial negro
también me cuenta
que está escribiendo una novela
sobre La Pampa
es surrealista, dice
yo media borracha hablo
de la importancia de los clásicos
empiezo con una especie de discurso
que se pone cada vez más raro
no sé
de dónde saco tantas palabras
todo es muy vertiginoso
hasta que estamos afuera
en medio de un temporal
caminando del brazo
apenas nos mantenemos en pie
digo
no lo puedo creer
todavía es de noche
y el mar choca violentamente
contra las rocas.
TODA LA POESÍA DEL SIGLO XX
Somos tan malos poetas
como cantantes
Y esa es también una idea teórica
En realidad, solo podemos hablar
de las imágenes,
como sacar la cabeza por la ventana
un domingo por la mañana
los poetas buenos son aburridos
una se pregunta
¿cuándo van a tropezar en
El poema?
Ser consciente de toda la poesía del
Siglo XX ¿puede trasmitirte un destello
De alegría? ¿de inteligencia?
Podrían distinguirse miles de fases
De la luz a la mañana
Y eso es algo que no se puede describir,
sin embargo no es suficiente,
La sensación de perplejidad
una ruta de noche
En el 2006 el cielo de Santiago del
Estero era abrumador y saqué las piernas
Por la ventana del colectivo
En 2008 dormí en un campo
Al aire libre,
Mi cabeza
Como un punto fijo en el macro cosmos
Los sonidos amplificándose
Sin parar
Como pequeños roedores
Insectos con millones de formas
Y la galaxia haciendo estallidos
De 1.4 segundos.
CON JOAQUÍN ESTUVIMOS HABLANDO
no da escribir boludo
el otro día en una lectura una chica habló de que
en el jardín la obligaban a tomar la lechita
tampoco escribir cosas sublimes
ambos extremos son malos
Yo no soy fan de poner límites
a veces me gusta la boludez
pero la poesía que más me gusta es la que tiene ideas
Flavia Garione (Buenos Aires, Argentina, 1990)
Y si Marcelo, sigo viniendo cada vez que huelo que me va a gustar y no me equivoco.
ResponderEliminarGracias y que sea un muy buen año!
Gracias por la constancia, Miriam. Felicidades y abrazo fuerte.
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