Dije realmente eso:
mi leve lenguaje poético
– ¡qué gracioso!
Pues la poesía no es un lenguaje. Quiero decir:
tan pronto como se vuelve un lenguaje deja de ser poesía
– ¡poesía poesía poesía!
O: tan pronto como las palabras se vuelven poesía
se vuelven también un lenguaje y entonces dejan de ser poesía.
Algo así. Por eso me gustan más las palabras
antes de que se ordenen en poesía. Quiero decir:
antes de que la poesía corrompa las palabras
antes de que las joda por completo.
Si interpreto el llamado de las palabras
(pero no su vocación)
dicen más o menos esto:
¿qué diablos es poesía
ahora que ya no es un lenguaje?
Ok. Si la poesía no es un lenguaje
si
es tal vez una focalización en un inmenso campo de borrosidades.
Y tan pronto como empieza a focalizar un cactus
o unas locetas puestas unas encima de otras en Berlín
en un chapuzón o pedacitos de pan en la cama
en el cambio de la luz del semáforo de rojo a verde en un
cruce inhabitado
– ¿sí, Y ENTONCES QUÉ?
Entonces aparece en medio de esa focalización
creo yo
eso que llamamos un poema. Sí: un poema
– ¡poema poema poema!
Entonces el poema se relaciona a la poesía como un copo de nieve
se relaciona a la nevada: cada copo es el ojo de la nevada
pues la nevada misma nada ve.
Perdón por haberlo dicho de un modo tan complicado.
Tan corrupto. Yo sólo quería decirte
que generalmente estoy solo
– ¡solo solo solo!
Pero nunca estoy enteramente solo.
Pues el poema está allí.
Y como siempre no es difícil escribir el poema
sino llegar a escribirlo. ¡Llegar al poema
es lo más difícil de todo! Créeme. Llegar a esa pequeñísima
montaña
construida de pedacitos de pan es inalcanzablemente difícil
y yo tengo un respeto casi ilimitado por su altitud.
Pero subirla es mi menor arte.
A veces siento que el poema ha visto algo
a veces cojo un bolígrafo del vaso y escribo el poema
casi como si yo también fuera un mirón.
Un mirón. No un visionario. Porque para el visionario
las cosas y las imágenes se relacionan como si fueran mellizos
gemelos|.
No para mi. Escalar esa montaña enanísima de pedacitos de pan
no es para mí una lucha contra el viento frio
ni contra la ceguera de nieve o animales salvajes.
Es una lucha contra las imágenes.
Como si escribir el poema se tratara de
combatir las imágenes.
¿Qué signifca eso? Signifca:
todo de lo que no tenemos imagen
todo lo que no posee la más mínima imagen reluciente
debe ser poesía.
Es tan simple.
También la poesía.
(Traducción: Patricia Davelouis)
RETRATO CON UNA PIZCA DE VERDAD
Él es un mal poeta: no sabe leerse a sí mismo; está ciegamente
enamorado de sus propios poemas. Se siente agradecido ante
la menor señal de que también ellos están enamorados de él.
Él es un mal poeta: todos sus poemas confrman hasta el extremo
las expectativas que ha puesto en ellos.
Él es un mal poeta: la poesía no ha llegado a serle comprensible,
conceptual; no tiene frialdad ni cinismo. Es miope.
Él es un mal poeta: es pedante con las palabras, las acomoda, las
peina, para que ninguna se le erice.
Él es un mal poeta: todos sus poemas son solicitudes para alcanzar
la inmortalidad instantánea.
(Traducción: Thomas Boberg y Renato Sandoval)
Niels Frank
Niels Frank (Brædstrup, Dinamarca, 1963). El último de sus seis poemarios es Små guder (Small Gods), publicado en el 2008. También tiene dos libros de ensayos: Yucatán y Alt andet er løgn (Todo lo demás es mentira), que versa sobre literatura moderna. Ha traducido al danés a John Ashbery, Anne Carson, Francis Ponge y Paul Celan. Ha sido director de la Escuela de Escritores de Dinamarca y en el 2009 ha recibido una beca vitalicia de parte del estado danés.
Buff, que buenos. Gracias por el regalo.
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