domingo, 18 de octubre de 2015

MONES CAZÓN

























I

Un viento que llega 


TURQUESA, ORO, SALMÓN

El viaje a Mones Cazón
por la ruta cinco
era tan aburrido
todo igual de plano
y de vacío hasta llegar
a Pehuajó
justo doblando
la curva del acceso.
Hasta entonces
solo una estación de YPF
idéntica a la anterior
en la entrada de cada pueblo.
Papá nos hacía jugar
al veo veo.
Mamá con la mirada
fija en la ruta,
decía no tengo ganas.
Pero cada tanto jugaba igual
y algún color raro
se le ocurría: turquesa,
oro, salmón.
Yo nunca encontraba nada
entre los grises de la ruta
y el tapizado sin gracia del auto.
Nos entreteníamos así,
buscando
lo que no estaba
en ningún lado



LA TÍA EMA

El tapizado impecable
del Fiat familiar color ladrillo
huele a esencias dulzonas
como las rosas
del jardín de la tía Ema.
Hay enjambres
de avispas doradas
que si te tocan te clavan
su aguijón venenoso.
La pollera de la tía Ema
es tan acampanada
que cuando el viento la levanta
se sacuden las rosas,
las ramas, la casa.
Un viento que llega
hasta la ruta
y me golpea en la cara
me despabila y me hace
a mí también
dueña de su jardín.



LA ABUELA JULIA

En la cocina de aquella casa
vos amasás con firmeza
los fideos con albahaca
más ricos del mundo
mientras yo te miro
desde la altura de tu delantal.
Van y vuelven tus manos
sobre la mesada
y se llenan de engrudo las juntas,
los azulejos partidos.
Desde ahí arriba me pedís
que te ayude rápido a limpiar
todo el enchastre
antes de que lleguen
los tíos y el abuelo
así queda todo listo
para nuestra cena juntos,
ustedes y nosotros,
los recién llegados
de la ciudad.



DURAZNOS ENVUELTOS EN CELOFÁN

Salimos con mi hermana
en fila india
por el camino que va
desde la parte de atrás
de la casa
hasta el gallinero
en el fondo del campo.
Un piecito delante del otro
para esquivar los canteros
delineados con piedras
redondas y lisas.
Vamos atentas
a que no nos rocen las ramas
de lija de la higuera
y a no despegar
ni un cachito
el revoque del muro
que igual después
se caerá solo.
Mamá
cuando era chiquita
en otro diciembre
hacía ese recorrido sin temor
a que nada se cayese
para disfrazar la higuera
de árbol navideño
con enormes duraznos
envueltos en celofán.
Los duraznos
emitían una luz
que de tan ámbar
suavizaba cada cosa.
Tan brillante era esa luz
que cegaba
el hueco de los regalos.



II

Los juegos


LA JAULA

Cada vez
que alguien va
de la pieza al comedor la jaula baila.
No es un baile 
de verdad
es Pedro
que se zarandea 
extendiendo las alas
en la casa de la abuela. 
Pedro brilla más
que ese peluche verde 
que siempre pido
y nunca me compran. 
Si nadie pasa
se queda quieto 
jugando a las estatuas 
con él mismo.
Pero cuando al fin 
alguien viene
Pedro se estremece 
y despliega las alas 
como el hombre ave 
de los dibujitos.
La jaula se agita,
se pone toda verde.
Pedro echa
la cabeza hacia atrás y grita al cielo:
¡Vení, Julia!
¡Julia!
Su voz no es
la voz de un pájaro.



III

Las hojas de la parra
                                                       Era la rama con la luz.
                                                                         Arnaldo Calveyra

FILTRAR LA LUZ

Otra vez un viento
entre las hojas de la parra.
Pero ya nada se derrama ni se cae.
Mamá se ríe ahora
sin preocupaciones
sentada en el sillón
de hierro del patio.
Sonríe con mi hermana a upa
mientras se acomoda el pañuelo
que la protege del sol.
Un sol que pega fuerte
en el verano de la tarde
y atraviesa las hojas.
Es una escena que reaparece
en las mejores tardes de verano
cuando estoy al reparo de algún verde
y las hojas se mueven levemente
y al moverse dejan
filtrar la luz.



(envío de Valeria Cervero)

Daniela Camozzi





Daniela Camozzi, nació en Haedo, Provincia de Buenos Aires, en 1969. Como poeta, publicó: La felicidad ajena (Huesos de Jibia, 2008) y Mones Cazón (Ediciones del Dock, 2015). Como traductora, publicó: Canción de cuna y otros poemas,   selección de textos de Joseph Brodsky (Huesos de Jibia, 2009, junto con Walter Cassara), y Donde sea que vaya y otros poemas, textos de Muriel Rukeyser que seleccionó y antologó  (Viajero Insomne, 2015). Sus poemas y traducciones aparecen en distintos sitios de Internet, revistas y en diversas antologías, como Buenos Aires respira poesía (2013). Dicta talleres de poesía y de traducción poética. Investiga y escribe sobre la traducción de poesía.






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