viernes, 2 de octubre de 2015

PREGUNTAS DE SIRENA






























qué es el viento que me hunde y me salva, quién me hunde y me salva, quién  sopla adentro de mi carne en llamas, quién soy yo escondida adentro de los otros, y los otros en mí callados en la lengua, quién habla, cómo, dónde, en el rumor que crece inteligible como un animal rabioso o moribundo, quién es esa que abre los ojos para apagar la luz del mundo, cuándo tendrá nombre, una casa donde guardar los brazos, las plumas impares de sus alas, la escama de su piel, sirena ahogada entre tantas preguntas.


GRILLO


a Claudio Barrientos

Canta un grillo
pero ¿canta o triza el silencio
de la noche sin tormenta?

El grillo se escucha 
y la luna se mira.

Yo no supe nunca 
escuchar luna 
ni ver ojo de grillo 
titilando.

Dicen que los grillos 
se frotan sus patitas 
sus patitas solos 
como el buey 
que solo 
se lame.

Yo también me lamí sola
varias veces:
cuando me deshabitó el amor
y se hizo débil y poco,
un desahuciado,
una bruma
detrás de los espejos.

El grillo canta o se toca o llora.
También yo me tocaba 
cuando las sombras 
del mundo no rozaban 
las frutas verdes 
de la soledad.

Y te amaba cuando el río 
invertía su camino 
y la lluvia buscaba el sol 
bajo la tierra.

Todo esto lo sé ahora 
mientras el grillo canta 
o se toca o llora 
y nadie me pregunta 
ni tu voz me germina.

Como el grillo que canta 
cantaba yo el dolor 
desde mi cuerpo 
y mis manos o sus patas 
ardían la tersura 
vestidos como estábamos 
con bermudas y remeras 
escote en ve.

Me hundía las raíces en el viento
y me volaba en las sílabas
nacidas de tu boca,
la perturbada lengua
de los niños
que aún no saben hablar
según sus padres.



Luciana Mellado (Buenos Aires, 1975 -Vive en Comodoro Rivadavia -Chubut- desde su infancia)





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