jueves, 28 de julio de 2016

ELOGIOS o las alucinaciones del derrumbe


















MATRIMONIO

Ella tiene el calor viejo del mundo.

Él sube a su cuerpo día a día 
sabiéndose de antemano derrotado.

De vez en vez ella lo redime en el lagar de su boca
y él bebe aquel fulgor incomparable

(y esa gota de lumbre que mora en el silencio)

Ella tiene el calor viejo del mundo.

Ni oquedad ni frustración alguna podrían acabar con esta sed.
Ni legiones enteras. Nada. Ni los brujos del ocaso.

¡Maldita poesía!



PAGODAS
1.

Al tío Ho le gustaba conversar con los niños bajo la sombra de las esterillas. 
Les hablaba de reyes decapitados, de príncipes traidores, 
del dragón de los arrozales que incendiaba la cabellera de los impiadosos. 
De las largas caravanas que trasladaban mágicas piedras y animales increíbles. 
De los bandidos tumultuosos que asolaban las aldeas y de su contra cara: 
Los pícaros contrabandistas que -siempre generosos- 
aplacaban el hambre de los viejos y claro, también, la sed de las muchachas.

Al tío Ho le gustaba conversar con los niños bajo la sombra de las esterillas. 
¡Y cómo reía el tío Ho con la risa de esos niños! 

 Al tío Ho –ahora el poeta Ho Chi Min- le gustaba conversar con los niños 
bajo la sombra de las esterillas a pesar de los bombardeos y el napalm. 

Años después, aquellos niños ya hombres, 
supieron que bajo la sombra de las esterillas 
habían estado escuchando el trino venidero. 


2.

Yukio Mishima ingresó en el pabellón dorado 
buscando la huella del samurái perdido.

Yukio Mishima solía decir que añoraba el pasado porque amaba el futuro. 
Él sabía -o al menos presentía- que esa huella 
lo llevaría hasta la barba misma de las tradiciones más puras 
que su gente dolorosamente había olvidado.

Yukio Mishima comprendía o se esforzaba por imaginar 
que con esa búsqueda su pueblo recobraría la felicidad.

Yukio Mishima –ahora el poeta Yukio Mishima- 
ingresó en el pabellón dorado buscando la huella del samurái perdido 
y encontró la rebelión y mudó en harakiri.




Hugo Toscadaray




Hugo Toscadaray nació en la ciudad de Buenos Aires en 1957. Es profesor de literatura. Vive en San Antonio de Areco. Ha publicado: Tangopoemas (1989) La isla de la sirena de las escamas de fuego ((1995) Naufragario (1997) Amantes zodiacales (1998) El nadador unánime (2004) 
Los pasajeros de Renca (Ediciones del Viento, 2004),  La balada del pájaro tinto (2005);  Fuego negro (1999, reedición por Turkestán,  2011); y ELOGIOS o las alucinaciones del derrumbe (Homoludens, Ediciones Bahía Blanca - 2016), de donde fueron seleccionados los poemas que presentamos.





No hay comentarios:

Publicar un comentario