Se secó el alma.
Como un arma arrojada al fuego, pero no del todo,
no hasta la aniquilación. Sedienta,
siguió adelante. Crispada,
no por la soledad sino por la desconfianza,
el resultado de la violencia.
El espíritu, invitado a abandonar el cuerpo,
a quedar expuesto un momento,
temblando, como antes
de tu entrega a lo divino;
el espíritu fue seducido, debido a su soledad,
por la promesa de la gracia.
¿Cómo vas a volver a confiar
en el amor de otro ser?
Mi alma se marchitó y se encogió.
El cuerpo se convirtió en un vestido demasiado grande
para ella.
Y cuando recuperó la esperanza,
era una esperanza completamente distinta.
Louise Glück (E.E.U.U.; Nueva York, 1943)
(Traducción: Mariano Peyrou)
My soul dried up.
Like a soul cast into a fire, but not completely,
not to annihilation. Parched,
it continued. Brittle,
not from solitude but from mistrust,
the aftermath of violence.
Spirit, invited to leave the body,
to stand exposed a moment, —
trembling, as before
your presentation to the divine–
spirit lured out of solitude
by the promise of grace,
how will you ever again believe
the love of another being?
My soul withered and shrank.
The body became for it too large a garment.
And when hope was returned to me
it was another hope entirely.
Gracias.
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