La vaca dijo:
-Quiero ser princesa
Y la peinaron con peine de cristal.
Al rato dijo:
-Quiero ser un barco.
Y la empujaron hasta la playa,
la espuma del mar la acariciaba.
Ahí dijo:
-Quiero ser pájaro.
Y le pusieron pico,
le pusieron plumas.
Después dijo:
-Quiero ser una flor.
Y la regaron.
-Quiero ser la luna.
Y la salpicaron con brillitos plateados.
Siguió diciendo:
-Quiero ser una bruja.
Quiero ser un reloj.
-Quiero ser una mandarina.
Era una vaca antojadiza
pero hermosa como ninguna otra.
Roberta Iannamico (Bahía Blanca, Argentina, 1972)
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