Años de pasto corazón adentro. Años de resurgir/ en tu paisaje-monte/ ilusión sin salida. Pradera en otro verde. Otra es la infancia que me devuelve el sueño, cada noche un color, cada sitio habitado. Cada rastro cercado es otra vida. Un cardenal se pierde en tu pañuelo, en tu forma de andar frente al silencio. Alguna vez la tarde dejó su resplandor en la nostalgia. Pena de ser a veces quien se pierde. Quien no da explicaciones y se marcha. Años de pasto corazón adentro. Cielo que se resume en el abrazo y se oculta en los ojos sin dar más. Alguna vez fuiste monte en la madera. Hoja seca en el barro. Un cardenal se pierde en tu pañuelo sin que haya una razón para el olvido. En todas las distancias tu voz traza otro cielo.
RETÓRICA
Se han enamorado de la ausencia. Han construido castillos con papeles. Hoja a hoja compiten. Dan a luz ellos mismos. Han juntado las olas pero olvidaron el mar. Ríos y ríos corren sin resarcir la lengua.
Se
han enamorado por la espalda. Han puesto un candelabro para enfrentar
la noche. La noche más terrible. Oh hechicera de la canción dorada
los hombres te contemplan. Te brindan oraciones en el cenáculo
desgastado por los años. Oh, morir de amor cuando no se conoce otra
causa. Oh hechicera del hambre, del día y sus miserias, pronto
llegará el tiempo.
Estarás
muerta.
FONDO
Hay algo que viene desde el fondo. Que toca fondo sin pronunciar palabra. A veces, la mañana desplaza su apariencia. Gira como un caballo sobre cuatro baldosas e inclina el pensamiento para volverlo nube. Ese breve inventario enumera nostalgias, hace presente el día más allá de las cosas.
Hay algo de este octubre entre tus ojos. Tal vez sea lejanía. El final de una historia que parece cercada por el viento. A veces repetimos el final. Buscamos algún puerto para aguardar la noche.
(Inéditos,
envío del autor)
Martín Carlomagno (Concepción del Uruguay, Entre Ríos, Argentina, 1978)
Bellos estos nuevos poemas de Martín. Gracias.
ResponderEliminar