miércoles, 26 de junio de 2019

BAJO EL OLIVO VIEJO


























NO ES POR COSTUMBRE INVETERADA


que apaciento el vivir,
por goces ni glorias de paso;
es por celo y decantación para la muerte.

La oveja tiene el lobo,
la abeja el variopinto abejaruco;
el hombre tiene el día
que sucede a otro día, la noche
que sucede a otra noche.

En los altos abetos de solemne
verdor, cuajados de rocío,
se restaña la sangre
de otra herida, tras otra lápida.

Sorteando la impiedad de la codicia,
la esperanza —capullo
de otra seda—
envaina la sutil metamorfosis

de otra vida.



CANCIÓN DE VIEJO

4
No he tallado la piedra
de mi corazón,
                       esta quiebra,

para el vestuario sacro
de una abjuración con sombrero.
Soy el esqueleto en harapos,

la letra que jadea,
tanguera, el
organito callejero.
Se esfumaron los hechos, los cohechos,
las dichas, los orgasmos
y agonías.

Se fueron los poemas
registrados,
los éxtasis callados,

la imparable porfía.
                                  Me voy,
estoy vaciado

como urna volcada
donde hubo todo
y nada.

Me voy,
                que nadie llore,
que en la arena del circo me evapore.



 Hugo Padeletti




Hugo Padeletti. Poeta y pintor argentino. Nació en Alcorta, Santa Fe, en 1928 y murió en Buenos Aires, en 2018. Realizó sus estudios secundarios y universitarios en Rosario, donde se radica desde su adolescencia. En esta ciudad, mantiene contacto con los maestros del Grupo Litoral Herrero Miranda, Leónidas Gambartes y Juan Grela. Con este último, estudia dibujo, pintura y grabado, virando su lenguaje hacia el planismo y la síntesis. Paralelamente, cursa la carrera de Filosofía en la Universidad Nacional del Litoral, y se especializa en Estética en la de Córdoba. En 1944 comienza a escribir su obra poética, que publica desde 1959. Desde este momento, la creación poética y la plástica se alternan en su vida constantemente. Diez años después, realiza su primera muestra de pintura, en donde ya se puede ver su temprano interés por la pintura china y japonesa ligada al taoísmo y al budismo zen. En 1961 conoce a Fernando Espino, otro de los artistas cuya mirada resulta decisiva para su producción. En el mismo año es designado Director del Museo de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez (Santa Fe). Cargo que ejerce hasta 1965, cuando se traslada de Santa Fe a Rosario para dedicarse a la docencia en artes plásticas, primero en la Escuela Provincial de Artes Visuales y después, en la de Bellas Artes de la Universidad de Rosario. Becado, por concurso, por la Dirección de Cultura de la Provincia de Santa Fe, en 1966, realiza un viaje de estudios para ver obras de arte en general y, específicamente, para estudiar la obra de Paul Klee en Berna. En los museos europeos, indaga en la pintura taoísta y zen, y llega hasta la India, donde, además de recorrer museos y galerías, visita los ashram de los yoguis en los Himalayas. Desde su regreso, expone con frecuencia en Rosario desarrollando una estética plástica basada en collages, dibujos y pinturas, a los que a posteriori llama “poemas plásticos”. Para el artista, estos no son ilustraciones de sus poemas verbales sino formalizaciones, en otro lenguaje, de experiencias en parte afines y en parte complementarias de las que se expresan en poemas verbales. En 1983, se traslada a Buenos Aires. Luego de una serie de muestras, y de su actividad paralela en el campo de la poesía, Padeletti acentúa las resonancias budistas en su obra plástica, en tanto empieza a poner mayor énfasis en el juego con el espacio. Las pinturas orientales tienen una importancia fundamental en las búsquedas tanto estéticas como metafísicas del autor, quien ha intentado trasponerlas a un lenguaje contemporáneo. En los últimos años abandona las muestras unitarias, tanto temática como formalmente y vira hacia el pequeño formato, las pinturas al agua y la transformación en arte de pequeños ‘accidentes’ formales que aspiran a la condición de poesía lírica. Hugo Padeletti recibió, en 1989, el premio Boris Vian de Literatura, el año que publicó Parlamentos del viento. Además Ha publicado: Poemas (Cármina, 1959), Doce Poemas (El lagrimal trifurca, 1979), Poemas 1960-1980 (Universidad Nacional del Litoral, 1989), libro por el que recibe el premio Boris Vian de ese mismo año, Parlamentos del Viento (Rinzai, 1990), Apuntamientos en el Ashram (Bajo la luna nueva, 1991), La Atención (Universidad Nacional del Litoral y Fundación Antorchas, 1999), Osaturas 1969-2008 (2014);  El andariego -poemas 1944-1980 (2007); y  Canción de viejo (Interzona, 2003). Por este último, recibió el premio de poesía del Fondo Nacional de las Artes. 
En 2018, Adriana Hidalgo publicó los "Poemas completos", de donde fueron extraídos los poemas que se publican. También ha publicado artículos de reflexión, ensayos y prólogos de catálogos en Buenos Aires, Santa Fe, México y Dublín y numerosas exposiciones como artista plástico, en distintas Galerías de Rosario, Santa Fe, Buenos Aires y Montevideo.



IMAGEN: Uno de los "poemas plásticos" de H.P.




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