(De: Demetrius on style)
Podría ser peor.
Cada momento, cada último
momento
podría ser peor.
Se está sujeto
a todo,
aunque no se lo advierta.
Sin
embargo,
‘seguir hasta la mata’,
si es de
espliego,
se justifica.
Desde lejos
produce un espejismo
peculiar, una carga
preciosa
desbarrancada:
lapislázuli,
jade
y, al parecer, aceite
de alhucema.
De cerca
todavía es mejor,
es un rescate
del sopor, una fiesta
azul y gris.
Uno quisiera
que durara.
La lavándula
(barbarismo ‘lavanda’ de lavare, lavar)
es salvaje en Italia.
Las abejas
la eligen. Los romanos
perfumaban su baño
con lavándula.
El agua
de Colonia
y el Bálsamo Tranquilo
la exigen.
Quien ha visto
la mata,
quien la olió, ya conoce
la signatura:
su alejado
verdor, su concentrado
azul-violeta
estimulan la mente
serena, el movimiento
regular;
entonan
y
desinflaman.
Comunican
alegría tranquila.
Si decae
el tono justo,
el aceite esencial, dosificado
con tino,
es puntual:
cinco gotas
y, repito, podría
ser peor.
La señora
de Sévigné (ver cartas
a su hija)
repuntaba al tomarlo.
Los que sienten
que el yo es malsano
reciban este escudo:
sobre campo
en losanges
(significan victoria)
tres espigas
en azur
(tres espadas
en ramo)
de lavándula;
arriba,
una abeja volando
y este mote:
‘NO PARO
HASTA LA MATA’.
(De la edición de AH: Poemas completos,
2018)
Hugo Padeletti (Argentina; Santa Fe, 1928 - Buenos Aires, 2018)
IMAGEN: la planta decorativa Lavándula Angustifolia o Lavanda Espliego, preferida por su fragancia y por sus usos diversos como hierba en la cocina.
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