sábado, 17 de agosto de 2019

Ese mediodía


















Ese mediodía que dijiste
que me ibas a hablar en privado
después del almuerzo
después de que la familia inflara
su estómago al máximo con carnes y salsas,
yo había levantado
la voz como una tormenta
desatada en una copa de cristal, y vos
no lo soportaste. Tu miserable
ojo mirándome de costado
un pájaro con garras rapaces
escondido entre las mantas del invierno.
Graznabas. «Más tarde vos y yo
vamos a hablar a solas».
Me negué a la orden
porque ¿sabés? no pende mi voz
de tu aleteo punzante
ni de tus plumas que logran
mimetizarse con el ambiente.
Puedo elegir con quién quedarme
a solas, no necesito tu aval
para enojarme o no coincidir
cien por ciento con el mundo.
También puedo gritar y después
quedarme callada
al igual que una piedra
hermosa que cae en el fondo del agua
y deja su dibujo de círculos en la superficie.


Verónica Pérez Arango

(Tomado del libro:
Otros colores para nosotras,
Ed. Continente, 2018)



Verónica Pérez Arango nació en 1976 en Buenos Aires. Publicó la plaqueta la desdentada (Casa de la Poesía, 2002) y Camping (Vox, 2010). Participó de la antología Quedar en lo cantado (El fin de la noche, 2009);   Un dibujo del mundo (El ojo del mármol, 2014); La vida en los techos (Colectivo Semilla, 2016) y  Hielo incandescente (Caleta Olivia, 2018). Es docente y co-coordina el ciclo de poesía "El bosque sutil".





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