miércoles, 2 de octubre de 2019

HISTORIA ARGENTINA

















El general San Martín nos dijo una vez que las mujeres
entorpecían las batallas, que daban sus ojos de candor a los
hombres heridos, pero no había hombres heridos; que
suministraban vendas blancas y celestes para las cabezas rotas
en pedazos, pero no había cabezas; que guardaban en sus senos
las cartas en los últimos instantes, pero no había instantes.
El glorioso general San Martín se afeitaba cada vez menos,
para que su cara fuera olvidada, y las mujeres le acercaban
su toalla, su navaja, su palangana de agua, pero no había mujeres.


(Camiones, 2001)

(Tomado de La luz contra el centeno,
Antología de Javier Cófreces,
Ed. Continente, 2013)

KAPELUSZ

Un pedazo de la historia argentina
quedó prendido al cuenco de tu mano
cuando quitaste del río
la tremenda pampa del agua.

Yo no sé, al igual que tantos
que intentaron medir el sueño
con varas y sistemas,
qué habrá de cierto en el fondo de los ríos,
pero allí,
como en el uso del ámbar y la estrella,
se habla de lo oscuro,
del abúlico tenor de la desgracia,
de perros y maestras.

Se dice que en el lecho de los ríos
de la plata
duermen, esperando que la muerte los reflote,
algas con voz de hombre,
peces con risa de niña,
trozos de buques del Edén.

¡Dios mío cuando levantas del río
el cuenco lleno!

(Terra balestra, 1985)

(Tomado de La luz contra el centeno,
Antología de Javier Cófreces,
Ed. Continente, 2013)

Alberto Muñoz (Buenos Aires, Argentina, 1951)


IMAGEN: San Martín, en sus últimos años.




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