martes, 31 de marzo de 2020

EL DELITO NATAL (1963)


























ARTE NATAL


Valientero para el sol, ¿eh?

Ahora rime y recueste el agua sobre el agua,
              doble el pecho y anídelo,
              resuelle con su injerto de rayos en la trompa,
              vea clarito sus ánimas que corren con serpientes
              quemándole los pelos.

Recoja del alba todo lo cuajado-violeta en su
              memoria y acuéstese, como si oliera al tigre
              que ha de cederle su agua, su floresta
              de invierno, su cazadora extraña.

Por fin sentirá que el Fin tiene la boca blanca.

                               2
No bien la nieve aparece
              me rompe la memoria.

¡El acuerdo! ¿De quién? ¿Con qué?
¿Y cuántos?
¿No son ramas? ¿Ratas de polvo?
¿Comidas matutinas de celo?

Y abajo
          el cuerpo crece y lame los islotes.

¿Dónde caen los trenes?

Y más abajo
         un pie descalzo hunde su nostalgia en
         el orden.

Acordeón de ranas, del nivel del dolor,
        aquí suena el oro en el agua
        creando el amarillo de los niños,
        la exuberancia de los dedos,
        la saliva del sexo.

No es nada.
                  Compañeros, pegad los gritos.
                  ¡Suerte parala sal!
                  ¡Putrefactos del vino!
                  ¡Masticadores para el pan!

Ahora se oye a la tierra que se abre,
                   que se cuaja,
                   que se lame;
                   sin el olor de las ciudades,
                   con su calor de gran preñada,
                   con unos ojos terminales.

Pronto, eh, Urracones de las tripas,
                   compadres de los desdenes:
                                                               salvacionadme.

                           3

¿Es una historia cobarde?
¿O es una salvaje explosión del canto  
                     verde?

                           4

Amiguita del alba, oh, vela mi esplendor.

Resoplido natal, odiador de las patrias,
con sangre de las hojas de invierno
tu pulso de verano delira entre
                 mis dientes,
                 en mis ojos desparrama su herida
                 y canta el lento revelador de la tierra:
                 el reo de las naranjas y las brisas chocolates
                 de cristal.

                                  5

El vientre-fuego de la doncella bruja
                  y el colmo del color:
                  los labios del verano guaraní.

                                    6

Soy el Diablo natal, soy el aguador natal,
             soy el ferozteador natal.
Soy alumbral por falta de costumbre.
El dador de los primeros regalos de la
              tierra.


APARICIÓN DUERME


El invierno es de fuego y alumbran las linternas del oso,
   las líneas del diablo, y el cuento de la selva en los
   ojos rasgados de topacio de la bella Aparición.

UNO

7

El mar, mi gran linterna de esmeralda.


8

Ese mar que en las islas parece de durazno.

9

Esas palmeras engarzadas, esas palmeras hechas
            joyas entre si.

16

Yo escribo porque me alza la naturaleza.

17

La Poesía ¿qué es?
Un hada bellísima, fanática, feroz, puesta sobre
la tierra exclusivamente para salvar al amor
humano y todos los amores.


DOS

3

La FANTASMA


Es el aire ferozmente acariciador, el aire de la muerte.
¿Y la Poesía?
Pasa en un gran vagón que sale de los esteros.

5

Yo he encontrado unos rastros del azar,
Unos rastros luminosos y heridos.
Fantasmas del poder y de la delicadeza.
Oh viajeros de la leyenda del amor.
Yo canto mi canto para un rostro,
Para un paso de luto solar,
Para una ligereza de labios con el sol de la muerte.



( del libro: "Contradegüellos" I:
El tren casi fluvial, Eduner, 2016)


Francisco Madariaga (Argentina, Corrientes, 1927- Bs.As.,2000)


IMAGEN: Esteros del Iberá, Corrientes. Fotografía de Mario Sapollnik.




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