sábado, 6 de noviembre de 2021

LA CARNE DE LOS ÁNGELES (V)


 







     La palabra entró en el corazón de Adán y
despertó los elementos.
     Adán era como la primavera. Sin importar
dónde hablara o dónde pusiera su mirada, Adán
creaba.
     Y no era por tanto necesaria la presencia de
Eva como concubina sino para endulzar el
lenguaje de Adán y transformarlo en poesía.
     Pero entre ellos entró la discontinuidad
del demonio, con ínfulas de soberano y
creador a su vez.
     Así el pecado entró en el alma de la
mujer y originó la duda.
     La duda, hija de Satanás y enemiga de la
fe, sitúa al hombre en la inútil tortuosidad del
pensamiento.
     Y entonces la mujer pierde su semblante
angelical y se convierte en el tormento de Adán.
 
 
(de: La carne de los ángeles,
Vaso roto, 2009)
 
 
Alda Merini (Milán, Italia, 1931-2009)
(Traducción: Jeannette L. Clariond)
 
 
 
     La parola entrò nel cuore di Adamo e
sollevò gli elementi.
     Adamo era come la primavera. Ovunque
parlasse e indirizzasse lo sguardo Adamo
generava.
     E non era quindi necessaria la presenza di
Eva come concubina se non per addolcire
l’eloquio di Adamo e renderlo poesia.
     Ma tra i due entrò la discontinuità del
demone, che voleva atteggiarsi a sovrano e
creatore a sua volta.
     Così il peccato entrò nell’animo della donna
e sollevò il dubbio.
     Il dubbio, figlio di Satana e nemico della
fede, pone l’uomo nell’inutile tortuosità del
pensiero.
     Ed ecco che la donna perde i suoi connotati
angelici e diventa il tormento di Adamo.


 
IMAGEN: Fotograma de "Las alas del deseo", film de Wim Wenders. 


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