miércoles, 10 de agosto de 2022

LA MATERIA DE ESTE MUNDO (III)

 











LA HABITACIÓN SIN BARRER

La Timidez

Entonces, cuando nos unimos, me volví
más tímida. Me volví completa, gozosa,
y más tímida. Puede que haya brillado más, reflejado
más, y desde muy dentro de mí surgió
un resplandor que me atravesaba, pero yo no estaba
jugando, ahora. Me sentía como alguien
pequeño, debajo de las vigas de una Iglesia, o en
una catedral, los espacios abovedados del cuerpo
como un bosque sagrado. Estaba quieta cuando no estaba
haciendo esos sonidos metálicos, orbitales, oxidados,
los sonidos de acabar, en la bisagra de la materia con
lo que sea que no es materia. Él me lleva a
acabar y acabar, como a otro mundo en el
centro de éste, y después, si él empieza a
acabar cuando estoy descansando siento
un asombro inmenso, casi siento
miedo, a veces por un momento siento
que no me debería mover, ni hacer ningún ruido, como
si él estuviera solo, ahora,
aullando en una tierra salvaje,
y sin embargo sé que estamos en este lugar
juntos. Pensé, ahora es el momento
en el que podría volverme más amorosa, y mis manos
lo acariciaron tímidamente, secretas como el cielo,
y mi boca habló, y en la voz de mi
amado, por los huesos de mi cabeza, gimieron
los campos, y me uní a él otra vez,
ni tímida, ni osada, liberada, entrando
al verdadero hogar, donde los arboles se inclinan hacia la
tierra y sin embargo siguen de pie, entonces estábamos acostados
jadeando, como a salvo de un desastre, y por instantes
sin fin, sucedió algo sobre lo que
había oído hablar, se me ocurrió
que no sabía que era ajena
a este hombre, no sabía que estaba sola.

(Del libro: "La materia de este mundo",
Gog & Magog, 2015)
Sharon Olds (San Francisco, California, E.E.U.U.,1942)
(Traducción: Inés Garland e Ignacio Di Tullio)



The Shyness


Then, when we were joined, I became
shyer. I became completed, joyful,
and shyer. I may have shone more, reflected
more, and from deep inside there rose
some glow passing steadily through me, but I was not
playing, now, I felt like someone
small, in a raftered church, or in
a cathedral, the vaulted spaces of the body
like a sacred woods. I was quiet when my throat was not
making those iron, orbital, rusted,
coming noises at the hinge of matter and
whatever is not matter. He takes me into
ending after ending like another world at the
center of this one, and then, if he begins to
end when I am resting I feel awe, I almost feel
fear, sometimes for a moment I feel
I should not move, or make a sound, as
if he is alone, now,
howling in the wilderness,
and yet I know we are in this place
together. I thought, now is the moment
I could become more loving, and my hands moved shyly
over him, secret as heaven,
and my mouth spoke, and in my beloved’s
voice, by the bones of my head, the fields
groaned, and then I joined him again,
not shy, not bold, released, entering
the true home, where the trees bent down along the
ground and yet stand, then we lay together
panting, as if saved from some disaster, and for ceaseless
instants, it came to pass what I have
heard about, it came to me
that I did not know I was separate
from this man, I did not know I was lonely.


Fotografía de la autora: Hillery Stone, tapa del libro (detalle).


Pueden LEER la biografía en una entrada anterior de la autora.


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