domingo, 11 de septiembre de 2022

MÚSICA DE LA VÍCTIMA y otros poemas (2003)

 












Eva revisited

¿Cómo pudo recaer sobre mí semejante infamia, 
propagada automáticamente de boca en boca, 
generación tras generación? Yo madre de la culpa, 
yo responsable de la Caída, yo arrastrando 
a la humanidad hacia la condenación y la muerte.
Hasta proclamaron que el primer Mesías era insuficiente, 
que hacía falta otro para borrar mis rastros.
¿Pero alguien se preguntó por qué, si el hombre necesitaba 
compañía, no crearon otro hombre, por qué no hicieron hablar 
a una planta o un mono? No, me creó a mí, 
lo que implica el designio de involucrarme 
en la trama siniestra: la culpa de las culpas.
A mí, que no estaba en el proyecto original, 
y por eso mismo exenta de toda coerción.
Hueso de tus huesos, sí, carne de tu carne, sí, 
pero el alma absolutamente mía.
Eso me sedujo: la libertad, y al oír el suave 
susurro sabio -la instigación- corrí en tu ayuda, 
al fin y al cabo para eso había sido creada.
¿No fui también yo la primera en hablar?
Porque no puede decirse que haya hablado 
Dios en el acto de crear, ni tú al nombrar 
los animales del campo y las aves del cielo, 
ni tampoco el silabeo de la serpiente.
Yo hablé, yo traje al mundo la palabra 
para ti, para mí, porque hablar es desear.
Sin mí hubieras sido lo mismo que un árbol
o una piedra: simple naturaleza. Por eso
te di a probar el fruto -toda yo fui fruto en tu boca-
y la mordedura que desgarró mis entrañas
nos hizo conocer lo que se nos quería escamotear.
Y qué alegría al descubrir nuestra desnudez,
reconocerse el uno en el otro, el rasgo de pudor 
que nos separó para siempre de la bestia. 
Habíamos roto el orden prescripto, 
la materia se había expandido hacia adentro 
hasta negarse a sí misma y liberar una fuerza 
tan poderosa que dio sentido a lo creado.
Pero ven otra vez como en la noche aciaga, 
vuelve a tomarme por primera vez, 
hiende, cava, arranca de cuajo todo 
todo nada muerte vida más ahora sí.


MÚSICA DE LA VÍCTIMA

1
SOL ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?


Despenado, soplo la flauta hacia adentro.
Soplo y estalla la música de la víctima.
Una sorda y pavorosa deflagración 
que, zigzagueando vertiginosamente, 
arrasa a su paso todo vestigio natural.
Más hondo, trépano: allí donde duele.
Hasta la culpa sin fin del revés 
y la verdad cantará a la verdad.

2
UN ALMA INSTRUIDA NO ENCUENTRA EL ARTE DE LA MÚSICA 
CUANDO ÉSTA PIENSA ÚNICAMENTE EN LA GEOMETRÍA.

Tanto tiempo imitamos el canto de los pájaros 
que parecía demasiado sencillo cantar.
¿Era canto eso? ¿O propiedades de lo fatuo,
limaduras de lo obvio que salían a la superficie
y en contacto con lo fortuito se organizaban melódicamente?
Mucho tiempo imitamos el canto de los pájaros 
hasta que desgarramos las entrañas de la paloma 
y oímos el sonido que sólo puede oír 
quien viola a sabiendas el silencio de la paloma.
Mucho tiempo imitamos el canto de los pájaros 
pero invertimos la flauta y brotó música virgen.

LARGHETTO

Como una plegaria que no se cumple 
retrocede y tocando nuevamente su objeto 
rebota más lejos y vuelve a retroceder 
hasta ser arrojada donde jamás se cumplirá, 
así lo propio asciende hasta la boca cerrada 
y vuelve a descender para volver a subir 
y volver a bajar hasta la innata mudez.
El que quiera pescado, que rece.
El que quiera oír, que muera.

LA MÁQUINA DE PICAR ALMAS


Soplo con el último aire que me queda 
y la corriente que se forma boquea 
y aventa: lo que tuvo peso, lo que tuvo forma, 
lo que se hizo sutil para evitar lo sólido.
Fracciones de armonía hacia futuras combinaciones, 
levadura de alma en el altar vacío.

(Del libro:Obra reunida,
La Comuna Ediciones,La Plata,
2020) 
Horacio Castillo (Ensenada, Buenos Aires, 1934- La Plata, 2010)


IMAGEN: "Adán y Eva", pintura de Frans Floris-1560








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