Soñé con una joven que dormía
suavemente a mi lado. Despertaba
y me hablaba de incógnitos parajes
donde la lluvia al paso del que espera
forma un dosel ingrávido y palpita
y donde el sol visita los geranios
en balcones que dan siempre a la noche.
Mientras hablaba, con un dedo errante
me acariciaba apenas la mejilla
y sus ojos a veces levantándose
me miraban también. Sus pies ociosos
iban a amanecer entre las sábanas.
Yo quedaba sin voz. Después pasaba
junto a ella la Historia. Nilo arriba
bogaba una barcaza: era la nuestra.
Lejos, entre palmeras, las pirámides
desafiaban al tiempo. Más adentro
del Continente Negro se espesaban
los territorios que Ana de la Jungla
recorrió en mi niñez. Claras gacelas,
enigmáticos fuegos y planetas,
momias de faraones melancólicos
que se dejan soñar. La joven pura
me dejaba jugar con sus botones
y de sus labios la canción fluía,
la ternura de un pétalo de rosa
y una aventura fiel que no se acaba.
Le pregunté su nombre y desperté.
(Del libro: Un oráculo de agua,
Editorial Brujas-Colección fénix).
2023,
obsequio del autor)
Alejandro Bekes (Santa Fe, 1959)
(PUEDEN leer la biografía y más poemas en entradas anteriores del autor. N.del A.)
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