jueves, 14 de noviembre de 2024

DIOS DE NUESTROS PADRES



Di que es únicamente el viaje de ida,
el vuelo en una sola dirección,
y despoja al significado de "viaje" y "vuelo"
de lo que tiene de peor;
entonces podrías afirmar que te hallas
en la fría luz de la ciencia,
viendo como eres visto, ligado a la realidad.
Extraño, una vida es el fuego y el combustible: nosotros,
los animales, los objetos, debemos permanecer aquí
sin ningún título que acredite
que nunca nada dejó de vivir
sino que vuelve a vivir cuando la vida cesa.
Más maravilloso es el Dios relojero
de Descartes y Paley: Él diseñó e ínstalo
para nosotros el Mecanismo, le gustaba trajinar,
y habiendo perfeccionado lo que debía hacer
se mantuvo aparte envuelto en su soledad.
(Traducción: Alberto Girri)



Epílogo

Esas benditas estructuras, tramas y rimas:
¿por qué no me ayudan ahora,
para consumar
algo que he vislumbrado y que aún no ha sido recordado?
Escucho el timbre de mi propia voz:
la visión del pintor no es un cristal;
tiembla por acariciar la luz.
Pero a veces cuando escribo
con el raído arte de mi ojo
semeja una fotografía
algo vulgar, apresurada y abigarrada, estridente,
realzada desde la vida
pero aprisionada por los hechos:
un desafortunado vínculo.
Aun así, ¿por qué no decir qué fue lo ocurrido?
Oremos por la gracia de la precisión
que Vermeer prodigó a las luminosidades del sol,
sigilosamente, como una corriente a través del diseño,
en esa muchacha que persevera afanosa.
Somos escuálidas y pasajeras circunstancias;
prevenidos de esto entregamos
a cada figura de la fotografía
un nombre duradero.


Robert Lowell (Boston, 1917-Nueva York, 1977), Covers, 36 poetas en lengua inglesa, traducción de Armando Roa, Uqbar Editores, Santiago de Chile, 2010

Pueden LEER la biografía en entrada anterior del autor.



 

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