domingo, 7 de septiembre de 2008

EMBRIÁGUENSE




Hay que estar ebrio siempre. Todo reside en eso: ésta es la única cuestión. Para no sentir el horrible peso del Tiempo que nos rompe las espaldas y nos hace inclinar hacia la tierra, hay que embriagarse sin descanso.
Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca. Pero embriagúense.
Y si a veces, sobre las gradas de un palacio, sobre la hierba verde de una zanja, en la soledad huraña de su cuarto, la ebriedad ya atenuada o desaparecida ustedes se despiertan pregunten al viynto, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo ío que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, pregúntenle qué hora es; y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj, contestarán: "¡Es hora de embriagarse! Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo, ¡embriagúense, embriagúense sin cesar! De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca."




Charles Baudelaire (Francia, París, 1821- 1867)
(Traducción de Raúl Gustavo Aguirre)



IMAGEN: Ilusión óptica, pintura de Janine Pommy Veda. 




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