jueves, 20 de noviembre de 2008

EL PATIO


Lo que ya no existe: plantas acogedoras, guarida para la desmesura de lo que nunca iba

a morir.
Lo que existe: otras plantas con misión idéntica. El largo pacto de la especie: se planta

para otro.
Lo que ya no existe: el arrebato de los hermanos, juegos, peleas, adivinanzas, para que

todo creciera entre nosotros.
Lo que existe: nuevo bullicio, azuzado por el mismo impulso, como si supiera, también

él, que su esplendor está hecho de pequeños sobresaltos.
Lo que ya no existe: un dibujo en la pared que la humedad del cantero se encargó de

mejorar.
Lo que existe: la humedad del cantero mejorando otros dibujos.


El largo pacto de la especie sirve de explicación,
no de consuelo: la muerte (que sucede de a poco)
sigue afligiendo a pesar de su frecuencia;
y sin embargo, si existiera la resurrección,
¿quién quisiera resucitar sin condiciones?


Lo que existe, lo que ya no existe:

dos formas de contar los que nos pasa.
Atributos de un remoto cuidado
que provocan una desolación de la fisiología;
porque ese patio existe,
lo que ya no existe soy yo.



Santiago Sylvester (Argentina, Salta, 1942)





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