domingo, 21 de diciembre de 2008

ECO TARDÍO


Solos con nuestra locura y flor favorita

vemos que realmente no queda nada sobre qué escribir.
O mejor, que es necesario escribir sobre las mismas viejas cosas
de la misma manera, repitiendo las mismas cosas, una y otra vez,
por amor, para continuar y ser gradualmente diferentes.

Colmenas y hormigas deben ser reexaminadas eternamente
y el color del día puesto cientos de veces
y variado de invierno a verano
para lentamente disminuir el paso hacia el de una auténtica
Zarabanda y agruparse ahí, sanos y salvos.

Sólo entonces puede la distracción crónica
de nuestras vidas cubrirse a nuestro alrededor, conciliadora
y con un ojo en esas largas sombras bronceadas y afelpadas
que hablan tan profundamente en nuestro improvisado
autoconocimiento, las máquinas parlantes de nuestro día.



John Ashbery (E.E.U.U.; Rochester, Nueva York;  1927-Hudson, Nueva York, 2017)​


(Traducción de Gerardo Jorge)


Late echo

Alone whit our madness and favorite flower
We see that there really is nodiing left to write about.
Or rather, it is necessary to write about the same old things
In the same way, repeating the same things over and over
For love to continué and be gradually different.

Beehives and ants have to be reexamined eternally
And the color of the day put in
Hundreds of times and varied from summer to winter
For it to get slowed down to the pace of an authentic
Saraband and huddle there, alive and resting.

Only then can the chronic inattention
Or our lives drape itself around us, conciliatory
And with one eye on those long tan plush shadows
That speak so deeply into our unprepared knowledge
Of ourselves, the talking engines of our day.



(Tomado de la Revista El Niño Stanton Nº4, Diciembre 2007)



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