jueves, 22 de enero de 2009

LA LUZ, TRANSFORMADA



Ahora ya no nos vemos bajo la misma luz,

y ya no son los mismos los ojos y las manos.
Está más cerca el árbol, el rumor de las fuentes es más vivo,
y son, entre los muertos, más hondos nuestros pasos.

Dios, que no existes, deja tu mano en nuestros hombros,
esboza nuestra carne con tu grave regreso,
y mezcla nuestras almas al fin con las estrellas,
los bosques y los trinos, las sombras y los días.

Renúnciate en nosotros como se rasga un fruto,
anúlanos en ti. Descúbrenos
el sentido secreto de lo que es tan sencillo
y que cayó sin fuego en nombres sin amor.



Yves Bonnefoy (Francia; Tours, 1923 -París, 2016)

(Traducción de Enrique Moreno Castillo)


LA LUMIÈRE, CHANGÉE

Nous ne nous voyons plus dans la même lumière,
Nous n 'avons plus les mêmes yeux, les mêmes mains.
L'arbre est plus proche et la voix des sources plus vive,
Nos pos sont plus profonds, parmi les morts.
Dieu qui n 'es pas, pose ta main sur notre épaule,
Ébauche notre corps du poids de ton retour,
Achève de mêler a nos âmes ces astres,
Ces bois, ces cris d'oiseaux, ces ombres et ces jours.
Renonce-toi en nous comme un fruit se déchire,
Efface-nous en toi. Découvre-nous
Le sens mystérieux de ce qui n 'est que simple
Et fût tombé sans feu dans des mots sans amour.





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