Alguien vendría sin duda
si los sueños mordieran el hueso de las horas,
el frágil hueso de las horas.
Pero el cabello blanco de las horas
ondea en tanto fiero
y nadie viene
nadie
nadie viene
Alguien vendría a la fija
si un pájaro parase en esta rama
si un pájaro minúsculo se soltara a cantar en esta rama
mas esta es la hora en que los pájaros cantan sobre rocas
o cantan para sí
volando o
de memoria
y nadie viene
nadie
nadie viene
Alguien vendría a sí propio cuando menos
si encontrase su rama
entre sus ramas
si al palpar o
al empuñar su voz
o sus palabras
asiese el hueso enfermo de las horas...
Pero no
y nadie viene
nadie
nadie viene
Rafael del Castillo (Tunja, Colombia, 1962)
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