jueves, 15 de enero de 2009

LA ORACIÓN DEL PESIMISTA



Alguien vendría sin duda

si los sueños mordieran el hueso de las horas,
el frágil hueso de las horas.
Pero el cabello blanco de las horas
ondea en tanto fiero
y nadie viene
nadie
nadie viene

Alguien vendría a la fija
si un pájaro parase en esta rama
si un pájaro minúsculo se soltara a cantar en esta rama
mas esta es la hora en que los pájaros cantan sobre rocas
o cantan para sí
volando o
de memoria
y nadie viene
nadie
nadie viene

Alguien vendría a sí propio cuando menos
si encontrase su rama
entre sus ramas
si al palpar o
al empuñar su voz
o sus palabras
asiese el hueso enfermo de las horas...
Pero no
y nadie viene
nadie
nadie viene



Rafael del Castillo (Tunja, Colombia, 1962)




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